Hace 13 años, Zulma Centurión (46) jamás pensó que una firma le podría cambiar totalmente su vida. Ella, en aquel entonces, era funcionaria del Registro Civil en el departamento de “Opción de Nacionalidad”, lugar donde se otorga a los extranjeros la nacionalidad paraguaya.

“Firmé un certificado que era para un narco que vivía hace mucho acá y por culpa de eso tuve muchos problemas. Lastimosamente no pude comprobar en mi juicio que no tenía la culpa”, empezó contando ña Zulma, mujer que este año salió del Buen Pastor con la frente en alto. Ante todo, decidió seguir luchando por sacar adelante a su familia.

Ella es madre de 6 hijos, de los cuales los tres últimos son los que siempre iban a verla, ya que eran los más pequeños de la casa y necesitaban la compañía de su mamá.

“Ellos pensaban que su mamá estaba trabajando con chicas adictas en ese lugar. Decidimos eso para protegerles y que no sean víctimas de bullying en la escuela o en otro lado”, contó con voz quebrada y derramando lágrimas recordando todo lo que tuvo que pasar y hacer.

Los días, las horas y las semanas para ella eran infinitas, de nunca acabar. Resaltó que tuvo que hacer todos los cursos que se ofrecían para las internas y así hacer pasar el tiempo de un reloj que parecía haber quedado en pausa.

“Bajé 22 kilos desde que entré. Hacía de todo y siempre me portaba bien. Porque ahí adentro eso es lo más importante, la conducta”, expresó.

Resaltó que su marido, quien tiene un trabajo muy humilde siendo repartidor de una empresa, en todos esos años que ella tuvo que “cambiar de casa”, él fue papá y mamá a la vez, educó a sus hijos como pudo y nunca dejó de visitar a su amada mujer.

“El saber que mi familia me esperaba era la fuerza que yo tenía para seguir. Y aquel lunes 30 de enero sentí que volví a respirar tranquila de nuevo”, dijo Centurión.

Ella, ahora mismo, es estudiante del 2.º año de Derecho y asegura que uno de sus mayores sueños es recibirse y poder trabajar dentro del penal con las chicas y así ayudarlas, ya que ella sabe la lucha de todas esas mujeres que tuvieron que ser “huésped” por un periodo en el penal de mujeres.

“Ahora quiero un trabajo de medio tiempo para no perder mi Facultad y una vez que me reciba poder trabajar dentro del penal con las chicas. Ellas no son malas y todas las que están ahí cometen errores como todas las personas”, añadió ña Zulma, secándose los surcos que de la emoción fue formando en sus mejillas.

LE ESCRIBIÓ UNA CARTA AL PAPA

Ña Zulma contó que tanta era su angustia y preocupación por todo que hubo un momento donde perdió la fe. Pero que, a pesar de ello, le escribió una carta al Papa cuando vino al país pidiéndole que rece por ella para que pronto salga en libertad. “Le escribí al Papa y al poco tiempo ya salí en libertad”, contó la mujer con lágrima en los ojos.