Hace una semana se instaló en el predio del Jockey Club Paraguayo, el circo Tihany Spectacular, un monstruo de los circos a nivel mundial. Con base en nada menos que Las Vegas, Estados Unidos, este show circense cuenta con más de 120 artistas provenientes de 26 países, todos ellos profesionales de punta a punta en lo que hacen.

Tras las primeras presentaciones en nuestro país, el público quedó asombrado con todo lo que ofrece el show, pero más asombrado quedó con el payaso, quien no es el típico payaso que solo debe hacer reír a la gente, este es uno muy especial y te vamos a comentar por qué.

El hombre bajo todo ese maquillaje es Emiliano Friguglietti, de solo 24 años, y uno de los artistas de habla hispana con los que cuenta Tihany. Crónica logró acceder a una entrevista mano a mano con el artista, quien asegura haber nacido en el circo y que toda su vida soñó con trabajar en Tihany.

– Emiliano, ¿qué percibiste del público paraguayo en tus primeros shows?

– Súper la gente, tremenda, se re-prende con el show. El primer show que presentamos acá nos sorprendimos todos porque apagaron las luces y la gente afuera quedó como extasiada, asombrada, y eso uno percibía en la piel, en todo. Fue increíble.

– ¿En qué sitio de Argentina naciste?

– Bueno. Yo nací en el circo cuando estaban en San Luis (Argentina). Mi familia en sí trabajaba en el circo y justo llegaron a San Luis y ahí nací yo, porque mi mamá, que era bailarina, ya estaba embarazada.

– ¿Tus padres se conocieron en el circo?

– (Risas) No. Mi papá era futbolista, nunca se le cruzó por la cabeza el tema del circo, nunca tuvo nada con el circo. Un día llega el circo en un terreno de mi papá y él va a ayudar a armar la carpa y todo eso, –como hacen los vecinos– y ahí conoció a mi mamá que trabajaba en el circo. Él se enamoró de ella y nunca más salió del circo, dejó todo, el fútbol, todo y se fue con el circo.

– ¿A qué edad decidiste que querías ser payaso?

– No sé si lo elegí yo o el trabajo me eligió a mí, no me acuerdo el momento que dije “quiero ser”. Se fue dando todo y simplemente ya era. Por lo que me cuentan, la primera vez que subí al escenario y nunca bajé tenía 4 años, ahí me quedé definitivamente.

– ¿Nunca te gustó alguna otra profesión, tipo abogado, futbolista?

– Me gusta todo lo que tenga que ver con lo artístico, también soy músico, mis hermanos también los son, inclusive tenemos una banda y hago lo que siempre quise. Antes de venir a Tihany también trabajé en teatro y siempre hice lo que quería, lo que me gustaba. Nunca pensé hacer otra cosa.

– ¿Cómo llegaste a Tihany?

– Lo de Tihany fue re-loco. Yo estaba en Buenos Aires, estaba muy metido en eso del teatro y me llaman del circo, dijeron que el payaso se iba a la China y que si yo quería estar… ¡Obvio acepté! Era para quince días y lo hice. Volvió el payaso, yo también regresé a Argentina, pero me avisan nuevamente que el payaso se iba definitivamente y entonces vine y me quedé. Hace 6 meses que estoy en Tihany.

– ¿En qué consiste exactamente tu participación en Tihany?

– Yo soy el único humorista del circo. Mi trabajo consiste en hacer reír a la gente, interactuar con ellos. También me toca desviar la atención de la gente cuando los compañeros necesitan cambiar algo en el escenario, es ahí donde yo aparezco e interactúo con la gente. Subo conmigo gente del público, niños y es muy lindo. Por ahí esperan que el payaso sea el que conocemos todos, pero hago cosas bastante diferentes, hago entradas que son especiales para los chicos y otras para los grandes.

– ¿En estos 6 meses cuántos países recorriste?

– Estuve solo en Brasil, ahí entré yo, ahí estuvieron 5 años y ahora vinimos a Paraguay, que es mi segundo país que visito.

– ¿Conocés algo de Paraguay?

– No conozco nada de Paraguay (risas), pero me gustaría. Los días lunes creo que nos toca libre y seguramente aprovecharé para salir a pasear, a conocer lugares. Por lo que ya vi es muy lindo, hay lindos lugares.

– ¿Uno estudia para ser payaso?

– Hay mucha gente que da clases y cosas así. Yo, personalmente nunca tuve una clase de nada, a mí me formó el trabajar, estar en el escenario, día a día, fue así como aprendí. Yo te cuento que en la vida real soy re-vergonzoso, pero en el escenario soy muy distinto, me transformo. Ser payaso para mí tiene que ver con nacer, o sea, uno tiene que tener algo de payaso dentro suyo para poder lograrlo.

– ¿Tenés alguna anécdota sobre el escenario, como golpes, caídas, te tiraron algo?

– Golpes tuve mucho (risas), recuerdo que hacía una rutina en la que caía piernas abiertas sobre una cama elástica, un trampolín, caía y me hacía como que me golpeaba en la entrepierna y era divertido. Pero aquella vez caí mal en serio y me rompí el coxis, me fracturé el huesito dulce como le dicen. ¡Me dolía muchísimo! No podía mover las piernas y la gente se reía. Me tuvieron que entrar a sacar como a un bebé, ahí ya la gente se dio cuenta de lo que pasó.

– ¿Cómo manejas tu vida sentimental siendo un artista que viaja mucho?

– Yo tengo mi novia que trabaja acá en el circo, es divertido, ella es bailarina, es australiana y es lindo porque tenés a alguien con quién compartir. Es como vivir de vacaciones siempre, así que, estamos muy bien juntos.

– ¿Qué es para vos Tihany?

– Tihany para mí es un todo, el circo siempre fue mi vida y hoy estoy en un monstruo en esto, el más grande. Desde chiquito ya soñaba con ser payaso de Tihany, veía los videos de los payasos de de acá que eran mi ídolos, moría por ser como ellos y hoy estoy acá. Es como un sueño cumplido.

– ¿Un payaso de circo puede vivir de ello hoy día?

– Claro que puede vivir de esto, ya ves las comodidades que hay acá, en los trailers, es todo de primer nivel. Vivir viajando no es fácil, es bastante difícil, per sí, el payaso puede vivir de su trabajo.