- “Se me hizo el milagro, ahora ya tengo una profesión” dice ex reclusa
Ana Castillo es madre de tres hermosos niños, dos son niñas y el último un varón que nació hace un año y medio, cuando cumplía su condena en el Buen Pastor. Contó que desde que salió en libertad, hace 6 meses, lo único que le pedía a Dios era poder conseguir un trabajo para poder mantener a sus pequeños, ya que ella es madre soltera y sus familiares son de escasos recursos y no le pueden ayudar.
“En los 3 años que estuve en el Buen Pastor, todos los días rezaba para poder mantener a mi familia. Había días que no dormía, mis hijos son todo para mí” explicó Ana. “Ahora se hizo un milagro, yo creí que no iba a poder mantener a mis hijos y ahora tengo una profesión y un futuro, estoy demasiado contenta, mi compromiso es no darme por vencida” dice la doña.
Gracias al servicio de intermediación laboral del Ministerio de Justicia y la Dirección General del Empleo del Ministerio del Trabajo, la doña ya tiene una profesión y un puesto fijo para trabajar en una peluquería chuchi.
“Llegó un momento en que casi perdí la esperanza, porque no conseguía nada. El mismo director del Empleo, Enrique López, me acompañó a dos entrevistas, pero no quedé en ninguno. Pero él me prometió que me iba a conseguir una manera de ganarme la vida. En la tercera entrevista me dieron un contrato de aprendizaje con salario de aprendiz durante que duraba el curso (60% del salario mínimo) y una beca para convertirme en peluquera, y el compromiso escrito que una vez que termine mi curso ya voy a trabajar en Joseph, estoy muy feliz y agradecida con todos los que me ayudaron” explica Ana Castillo con lágrimas en los ojos.
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