Un grupo de cuatro paraguayos fueron seleccionados en curepilandia para realizar una tremenda labor que no se le da a cualquiera. Nada más y nada menos que para pintar el ¡histórico Obelisco de Buenos Aires de unos 70 metros de altura!

Ni siquiera ellos creyeron haber contado con la suerte de ser contratados para la misión de elevarse a las alturas para “arreglar” semejante monumento en una fecha por demás especial para los curepas, ya que es ni más ni menos que el bicentenario de su Independencia (9 de julio de 1816).

“Siempre soñé con pintar el Obelisco y ahora se me dio de la nada. Para mí es todo un honor, estoy muy orgulloso de ser elegido para pintar el corazón de Argentina”, empezó diciendo Ángel Arzamendia, uno de los pintores paraguayos que actualmente viven en Lomas de Zamora.

En la desafiante labor lo acompañan Amancio Florentín, Luis Tapari y Ángel Cuba. Este último los ayudaba desde abajo, mientras los demás pintaban en las alturas. Todos los pintores compatriotas son oriundos de Yuty, departamento de Caazapá, y están por ashá hace algunos años.

“Estoy acá hace 10 años, empecé haciendo trabajos de pintura y después un amigo me preguntó si no me animaba a pintar en las alturas y me animé. Estuve unos años en eso, luego lo dejé porque monté una peluquería. Y ahora me llamó el señor encargado de la obra porque me conocía y me preguntó si quería, claro que le dije que sí de cabeza”, siguió.

Orgulloso

Arzamendia dijo que “no cualquiera va a poder contar que pintó el Obelisco. Además, me da más orgullo por el hecho de ser paraguayo y ser el responsable de que un emblema del país que me da trabajo pase por mis manos”. Dijo sentirse como en casa “porque acá hay muchos paraguayos. Ves tereré, chipa, ere eréa”.

Les felicitaron

Arzamendia comentó que todavía les faltan algunos detalles para terminar la pintada, que empezó hace un mes. Comentó que recibió muchas felicitaciones y hasta otros se sorprendieron, por lo que iba a hacer. “Muchos no creían porque pintar el Obelisco es una cosa grande. Nos cansamos de tantas fotos que nos sacaban los argentinos con sus drones”, contó.

Dijo finalmente que no les da miedo trabajar en las alturas, ya que lo hizo varias veces. “Tengo mi señora y mi hija de 7 años, a ellas sí les dio un miedo verme arriba”, dijo.

El obelisco

• Este monumento curepa fue construido en el año 1936, entre los meses de febrero y mayo.
• Se erigió con la intención de conmemorar los 400 años de la fundación de Buenos Aires (1536).
• En ese lugar se izó por primera vez la bandera argentina, en 1812, cuando aún había una iglesia.
• Tiene una altura aproximada de 70 metros (como un edificio de 15 pisos) y posee una escalera interna.