La mala “yunta”, la vida desorganizada y la desobediencia tomaron las riendas de su corta vida y lo llevaron a andar por el mal camino en la ciudad de Limpio. El año pasado Álex cayó preso por un caso de hurto agravado y tuvo que permanecer en el Centro Educativo de Itauguá. El tiempo pasó, su castigo se cumplió y su vida cambió.

Hoy ya está libre, es un joven más como cualquier otro, no es víctima ni autor de ningún hecho punible, pero la enseñanza lo motivó a pensar en los demás.

El adolescente prefirió quedarse en el Correccional de Menores, de donde ya debía salir, por un motivo: “Tengo un propósito, cambiar vidas de adolescentes que están aquí”.

Álex contó que logró rehacer su vida dentro del Centro Educativo con ayuda de muchas personas, las autoridades y por el buen trabajo que se hace ahí adentro. Eso sí, reconoce que no le fue fácil. Tuvo que enfrentar obstáculos y desafíos para los cuales no estaba preparado.

“Yo decidí quedarme porque necesitaba esa tranquilidad. Dios estaba conmigo. Tuve muchos problemas, pero aquí adentro tuve el apoyo de muchas personas. Y lo fundamental, conocí a Dios. Yo sé que a través de mi testimonio voy a lograr cambiar la vida de varios adolescentes que están aquí”, comentó.

“Nunca imaginé que iba a estar en este lugar. Vine muy mal psicológicamente, toqué fondo. Pero sé que Dios me trajo aquí para un propósito mejor. Yo puedo poner la mano en el fuego por esas personas que están en el pabellón, que tienen espíritu de querer cambiar” dijo.

Terminó sus estudios, trabaja y ayuda en todo

Álex es uno de los cientos de jóvenes que lograron cambiar su vida para lograr reinsertarse en la sociedad. Comentó que en el sitio se trabaja muy bien con ellos. “Aquí adentro terminé mis estudios, hago trabajos, de todo un poco, que nos tiene muy bien” dijo. “Siempre se quiere demostrar lo malo, pero aquí adentro hay personas que hacen un trabajo brillante para ayudarnos a nosotros.

“Acá nos preparan para salir como profesionales. Sé que muchos entran sin tener familia y sin tener un apoyo, pero aquí encuentran eso y es muy importante, para así -cuando salgan- sean personas de bien” dijo.

Con valores, buscan reformar a jóvenes

El director del Centro Educativo, Antonio Bazán, comentó que la mayoría de los jóvenes recluidos son personas que vienen de familias disfuncionales o con algún tipo de trauma. También sufren de discriminación en la calle, por eso, en el centro se le trata de dar los valores y herramientas educacionales para que salgan mejor persona.

La intención es que ahora ya no se vea al centro como una cárcel, sino que se vea como lo dice su nombre un “centro educativo”, donde todos los que forman parte de ese trabajo sean educadores. “Las edades van de 14 a 18 años, la mayoría está por casos de robo. Acá hay todo un equipo técnico para educarlos», dijo el director.

“La educación para nosotros es clave”

La directora del área educativa de la institución, Ilda Marlene Guzmán, comentó que dentro del Centro Educativo de Itauguá cuentan con el programa de educación permanente para personas jóvenes y adultos. “Tenemos la educación Básica y la Media. La educación para nosotros es clave. Que ellos terminen sus estudios es fundamental y un orgullo para todos. La mayoría de los internos muestran interés para estudiar y así terminar sus estudios”, agregó.

“No solo los internos estudian, sino también algunos funcionarios que han retomado con nosotros sus estudios”, explicó la directora y señaló que en el área educativa están trabajando 22 personas. Además, cuentan con 7 catedráticos, 6 docentes de educación Básica en las diferentes áreas, un profesor de apoyo de educación deportiva, un secretario, un profesor de sala de informática, una psicopedagoga y una profesora que trabaja en la parte de manualidades.

Ni un solo caso de VIH, ni tuberculosis

El centro cuenta con un consultorio de urgencias, donde atienden 3 doctores y 7 enfermeras. La atención es las 24 horas. Según el doctor Carlos Palacios, gracias a un trabajo de control y concienciación que hicieron y siguen haciendo con los chicos, actualmente no tienen un solo infectado con VIH, tuberculosis o sífilis.

“Controlamos mucho las enfermedades de transmisión sexual y cuando detectan los casos se tratan acá, pero hay otros que derivamos a las dependencias correspondientes”, contó.

Explicó que ya tuvieron varios casos de tuberculosis que fueron curados con el tratamiento. “La atención generalmente todos los días es cuando tienen algún tipo de afección, gripe, dolor de dientes, diarreas. Tenemos todos los medicamentos. Cuando encontramos una afección mucho más grave, cuando hay heridas, puede ser con arma blanca, por ejemplo, se le deriva al Hospital de Itauguá”, siguió.

CASOS COMUNES

Gripe y diarrea

Los casos que más se consultan son de gripe o resfriado ahora y en la época de verano es la diarrea.

ADICCIONES

Depresión

Cuando se encuentra a jóvenes con depresión o algún problema psiquiátrico se les deriva al Centro de Adicciones.

El 92% de los internos es adicto a las drogas

Rodolfo Aquino es terapeuta especialista en drogas y trabaja con los chicos que ingresan con algún tipo de adicción a las drogas. Explicó que el 92% de los jóvenes que entran allí consumen drogas. “La mayoría de los que vienen acá es por culpa de las drogas porque ellos roban para mantener su vicio”, contó el especialista.

Explicó que de ese 92% hay quienes ya son poliadictos, o sea que consumieron varias drogas durante varios años. “Nosotros, por ejemplo, les mantenemos el cigarrillo porque disminuye la ansiedad. Lo ideal es proveerles de caramelos, chupetines. Cuando la ansiedad aparece recomendamos el tereré o ducharse”, siguió.