El Jardín Botánico y Zoológico de Asunción es uno de los pocos lugares en la capital donde uno puede ir a tener un contacto con la naturaleza y poder observar animales. O por lo menos era, ya cada tanto, los fines de semana este espacio verde está copado por los amantes de los autos y el tuning, que alteran la tranquilidad que tendría que tener el lugar.

El pasado domingo, otra cita de los “tuneros” se dio en el Botánico. De más está decir el problema que se genera en la circulación por la cantidad de vehículos que se junta. Pero lo más grave es que varios no respetan la prohibición de poner música a todo volumen, lo que está expreso en un feroz letrero en la entrada. A esto se suma el ruido de roncadores y motores acelerando que se escuchan en todo el parque, además de la polución. Hay que agregar el riesgo que implica para la cantidad de niños que por lo general visita el lugar.