• ARMAS. La mayoría prefiere las picanas eléctricas y el gas pimienta como forma para autodefenderse. Casi todas las encuestadas ya fueron víctimas de asaltos y robos

La inseguridad afecta a todos. Las víctimas de delitos se distribuyen en proporciones similares entre género. Pero según datos estadísticos, son las mujeres el blanco predilecto de los delincuentes y están más expuestas a vivir situaciones violentas en las calles como robos y arrebatos.

El temor está. Y más todavía si transitan por lugares riesgosos para la integridad física. Es por eso que ahora al cargar sus carteras o bolsos con maquillajes, peines o alguna que otra lencería, le agregan alguna picana eléctrica o un frasco de gas pimienta para autodefenderse.

Según un sondeo realizado por Crónica en las calles, 8 de cada 10 mujeres salen armadas con artículos de defensa personal. “No nos queda de otra. Tenemos que salir con algo para defendernos”, dijo Tamara Velázquez, pobladora de la ciudad de San Lorenzo. “Te puedo asegurar que la gran mayoría de las mujeres sale con alguna picana eléctrica o gas pimienta en sus carteras”, agregó.

“Claro que tenemos que salir con algo para defendernos. Ya este tema de la inseguridad se descontroló y tenemos que estar atentas ante cualquier situación. Ahora ya nadie duda para defenderse. Es riesgoso, pero que le vamos a hacer”, comentó por su parte Ana Torres, de Reducto. “De alguna u otra forma tenemos que defendernos. Es por eso que salimos con algún artículo de autodefensa”, comentó por su parte Ilse Martínez, de la ciudad de Caacupé.

Picana y gas pimienta

Son las armas no letales que más utilizan las mujeres para defenderse de los chorros.

Armas de fuego, no

Todas las encuestadas comentaron que prefieren no utilizarla para evitar problemas posteriores.

“Tongueé a un carterista en el micro”

Una de las que no dudarían un segundo de defenderse de algún asaltante es doña Analía Núñez, de San Lorenzo. De hecho la mujer comentó que ya fue víctima de un intento de asalto en el interior de un micro, pero que logró evitarlo a base de tongos. “Un hombre me apretó con un cuchillo. Pero sin dudarlo le enzoqueté un puñetazo en la cara y lo bajé a base de puñetazos”, dijo la kuñakarai. “Desde esa vez salgo con mi picana eléctrica que compré”, agregó. “Estamos en zozobra y hay que defenderse con cualquier cosa”, dijo.

Las piedras, otra arma utilizada por muchas

Ruth Barreto y Romina Gómez son dos compañeras de Facu que comentaron que fueron víctimas de la inseguridad y que se defendieron con piedras. “Un hombre totalmente sacado de sí intentó hacernos algo a la salida de la Facultad, sobre Eusebio Ayala y General Santos. Yo tuve que defenderme con piedras, le tiré varias piedras hasta que logramos que se vaya”, comentó. “Es por eso que estoy súper de acuerdo con el tema de tener algún producto de autodefensa para zafar de cualquier situación de este tipo”, dijeron.

Proyecto sobre legítima defensa

El diputado Julio Ríos comentó que existe la posibilidad de que el proyecto de ley que modifica el artículo 19 del Código Procesal Penal sobre “legítima defensa”, sea incluido en el orden del día de la sesión de mañana miércoles de la Cámara Baja para su estudio. “Es urgente modificar este artículo, aclarar algunos puntos, desarrollar el concepto de legítima defensa y por sobre todas las cosas garantizar a las víctimas de agresiones, la posibilidad de defenderse legítimamente y de no después estar sometidos a un engorroso proceso penal como viene ocurriendo lastimosamente en los últimos tiempos”, argumentó el proyectista Ríos.

Las picanas eléctricas

Según las armerías, las “picanas eléctricas” son las más compradas por las mujeres y se venden como agua voi. “La venta subió considerablemente. La mayoría de los que compran son mujeres”, informaron funcionarios de Camping 44, de Asunción. “Tenemos el “Taser” modelo C2, que tiene una descarga de 50 mil voltios. Al disparar sale unos cables hasta unos 12 metros que se enganchan por la persona a quien disparaste. Igual con el contacto con ropa tiene el mismo efecto”, explicaron. “Incapacita de manera inmediata a una persona fuera de control. Le contrae y no puede reaccionar, hasta que cae y le podés controlar”, dijo.

“Su venta es libre. Eso sí, acá nosotros le hacemos llenar al cliente un formulario con sus datos, para tener un registro de quién lo compra. Ahí se explica lo que se puede hacer con ese aparato y uno firma y acepta”, comentó.