• AÑARES. A pesar de los años sirviendo, don Ruiz dice emocionarse hasta hoy con cada promesero que llega junto a la Virgen de Caacupé

Mucha gente se junta en el lugar, donde hay ruido de motos que pasan, conversaciones y de repente un “adiós don Ruiz”, dirigido a un karai que está pintando el portón de la capillita de Tupãsy ykua. Don Ruiz, como le llaman todos, es el cuidador del lugar santo, donde los fieles vienen a beber las aguas bendecidas, a pocos metros de la Basílica de Caacupé. En estos días el sitio es muy visitado por los promeseros de la Virgencita Azul; así que, hay mucho trabajo.

Ricardo Ruiz (47) se define como un fiel servidor de la “Patrona de Paraguay”. Cada año es el encargado de pintar todo el sector del conocido Tupãsy ykua y hacer de cuidador del lugar. “Hace más de 9 años que soy el cuidador de la capillita y es una emoción única. Uno pasa sentimientos únicos acá adentro” contó el karai, mientras seguía su labor para dejar 10 puntos el lugar para el 8 de diciembre, día de la Virgen.

Resaltó que le emociona ver a los creyentes llegar de rodillas y con lágrimas en los ojos. “Es una fe que se transmite a simple vista. Servirle a la Virgen de Caacupé es un orgullo, es un servicio y un agradecimiento por las bendiciones que recibo todos los días de parte de ella”, agregó.

“Veo a las personas que tienen fe y es eso lo que me motiva a seguir creyendo plenamente en ella, no hay otra santa como la Virgen de Caacupé” expresó Ricardo, acomodándose el quepis para seguir con su tarea.