YPACARAÍ. Milagros inesperados. Situaciones límites de una clara demostración de fe. Sentimiento católico de devoción mariana. Son los principales motores dentro de un pueblo cargado de religiosidad para mover a las masas a visitar a la Virgencita Azul.

A medida que se acerca el día de la gran fiesta (8 de diciembre) son más los peregrinos que acuden a la Basílica de Caacupé. Pero muchos de ellos van para “mironear” o para “joder”.

Tal es así que hacen de las suyas por el camino. A tal punto que, incluso, dan riendas sueltas a sus “bajos instintos” y “experimentan” en un nuevo lugar. Uno de esos sitios es ¡el cementerio de Ypacaraí!

Según la denuncia de varios ciudadanos, el camposanto es utilizado a full como “el nidito de amor” cada año por muchos peregrinantes en horas de la madrugada.

Los amantes, según la denuncia de los que viven alrededor de la casa de los muertos, aprovechan la oscuridad para entrar al sitio y lo utilizan como “matadero”.

El cuidador del cementerio, don Sabino López (61), suplicó e imploró a los peregrinos que ya no ingresen en medio de los panteones a hacer “eso”. “Por favor pido a la ciudadanía, a los peregrinos que tomen conciencia y respeten” dijo.

“Cada año, sobre todo de madrugada nos dan información de que ingresan a hacer macanadas. Ojalá que este año no sea así. Como de noche y madrugada no hay nadie, según nos cuentan se aprovecha para ingresar y hacen eso”, tiró.

El cementerio no cuenta con muralla de gran altura por lo que el acceso al lugar es fácil. “No puede ser que venga junto a la Virgen y en el camino hagan eso y entre los muertos. Tiene que nacer de uno el respeto”, finalizó.

Fe en la Virgencita

Don Sabino confía en que la Virgencita hará que nada fuera de lo normal pase este año.

Ikuerái

Los vecinos del cementerio están cansados de los tie’y que entran a hacer cochinadas en el camposanto.

Los “amigos de lo ajeno”

Según don Sabino, el camposanto es visitado avei por los “amigos de lo ajeno” que se llevan las cruces y otros objetos de aluminio y placas de bronce. “Se está llevando mucho. Todo ocurre de noche y madrugada porque a la mañana y tarde cuando yo estoy no pasa nada” dijo. “Entre los peregrinos hay muchos “inflitrados” que vienen con otras intenciones lastimosamente. Esperemos que este año la cosa cambie”, tiró. Don Sabino es el único cuidador del camposanto. Pese a estos problemas lo mantiene bien limpio y cuidado.