AREGUÁ. Aunque nadie pudo precisar la fecha exacta en que ocurrieron estos sucesos, los antiguos pobladores de la ciudad de alguna u otra manera escucharon la historia, de la que hay varios relatos, y sobre todo relacionados a los días de lluvia. Con cada amenaza de tormenta y al caer la noche, dicen, algunos pudieron ver una terrorífica figura vestida de blanco que supuestamente salía de la zona del lago Ypacaraí para luego deambular por las calles hasta subir por la pendiente de la doble avenida y llegar a la iglesia La Candelaria, en la loma de la ciudad. Luego de hacer ese recorrido regresaba al lago.

No todos los que relatan esta historia coinciden en la fecha en la que se habría originado la leyenda. Unos dicen que fue entre 1910 y 1920. Otros sostienen que fue antes de la guerra de la Triple Alianza, cuando el Mariscal López venía hasta Areguá con Madame Lynch y solían caminar juntos hasta el lago por la avenida de los eucaliptos.

La leyenda cuenta que la misteriosa aparición sería el fantasma de Limpia Concepción, una chiperita que vendía sus productos en las estaciones ferroviarias de Luque y Areguá. Para viajar entre una ciudad y otra usaba el tren. Supuestamente, un día unos guardas del tren o escoltas de López, asegurándole que comprarían todas sus chipas, la llevaron hasta la orilla del lago, donde supuestamente la violaron y la asesinaron ahorcándola con su propia cabellera y luego la arrojaron al lago, y que esto ocurrió en un día de lluvia.

Eran siete los que la mataron

Don Aureliano Delgado, antiguo poblador y también guía turístico de Areguá, nos relató parte de esta historia centenaria: ¨Cuando yo era joven escuchaba el comentario de esta historia, en donde decían que el guarda del tren fue quien la había ahorcado. La historia de este caso decía que Limpia Concepcion, para salvar su alma, debía matar a siete personas, se decía que en los días de lluvia y mal tiempo ella salía a vagar por la ciudad y que los hombres eran sus víctimas, por eso cuando ya se sabía que se aproximaba el mal tiempo las madres ya encerraban a sus hijos para que no salgan a las calles por temor a que se encuentren con el espíritu de la chiperita de Areguá”.