Miran la muerte de frente, todos o casi todos los días. Y con total naturalidad. Los cuidadores de cementerio tienen muy en claro que por los muertos ya no pueden hacer nada, pero por los vivos, sí. Es por eso que para la mayoría de ellos no existe día libre y laburan a full. Es más, hacen su sueldo de las propinas que les dan los familiares de algún difunto, por ende, si dejan pasar un día sin trabajar, no ganan.

Tal es así que mientras muchos disfrutarán de la Navidad de una buena cena o viajando a algún lugar, ellos lo pasarán en medio de panteones y muertos, sin poder compartir ese momento tan especial con la familia. “Cuesta no estar ese día tan especial con la familia, pero salimos a trabajar precisamente por y para ellos. Lo pasaremos aquí como cada año”, comentó don Pastor Sánchez (67), panteonero hace más de 27 años en el Cementerio del Sur, de Fernando de la Mora. “Si no venimos a trabajar, no ganamos. Vivimos de los que la gente nos da por cuidar o arreglar los panteones de sus seres queridos que ya no están con ellos”, agregó. “Ya estamos acostumbrados. Qué le vamos a hacer. Siempre hay gente que viene y tenemos que estar para cualquier cosa. Nos debemos a ellos”, comentó por su parte don Carmelo Quiñónez (60), que hace más de 25 años que labura en el citado camposanto. “La Navidad para nosotros es un día normal. Brindamos aquí todos juntos” he’i.

“Dan cariños a las personas que llegan dolidas”

Don Óscar Evers (51) comentó que el día de la Navidad también laburará. “Para nosotros prácticamente no existen feriados”, dijo. “Estamos acá al pie del cañón. Acá las actividades no paran. Los panteoneros vienen y están a disposición de la gente que viene a visitar o a enterrar a su muerto” dijo. Ellos, aparte de lo que es su trabajo en sí, se esfuerzan en dar cariño a las personas que llegan dolidas al camposanto. Muchas (personas) alivian su pena solo con que las escuches y eso da satisfacción” dijo.