Desde chico todo fue más difícil para Pedro López Esquivel (28). No escucha, no habla y solo ve con un ojo. Su mamá, doña Lidia Esquivel (53), hizo malabares para que alguna escuela le acepte para estudiar. Lo consiguió.
Pedro terminó su primaria y secundaria de la mejor manera. Y hoy, con tenacidad y fortaleza transformó esos momentos sumamente sacrificados en un presente colmado de orgullo. Terminó la Facultad y se recibió de ¡Ingeniero Comercial!, demostrando una alta voluntad de superación en la vida.
“Yo solo quiero decirle a los jóvenes que siempre sigan sus sueños y que nunca bajen los brazos por cualquier cosa. Yo pude y todos podemos”, expresaba Pedro en su lenguaje desde su humilde casa ubicada en la ciudad de San Antonio.
“Todo fue muy difícil. Por suerte escuelas y colegios después de mucho buscar, me abrieron las puertas para que él estudie. Ahora me siento orgullosa que haya terminado su Facultad. Él siempre fue de querer aprender y aprender”, comentó doña Lidia.
“Mi mamá es el motor de mi vida, por ella y mis hermanos hago todo”, agregó el joven, quien ahora se trazó un proyecto, la de formar un equipo de instalación informática, poder hacer mantenimientos y hacer cursos para que los jóvenes con pocas oportunidades tengan un oficio. “Hay que animarse y superar los obstáculos”, dijo. El joven ingeniero agradeció a todas las personas que en su momento le pasaron y le siguen pasando la mano.
Todo un valé en Copaco
El ingeniero pyahu es empleado de Copaco hace 4 años. Su discapacidad auditiva y visual no fue impedimento para su desempeño laboral. Está en el departamento de Transmisión División Múltiplex, dependiente de la subgerencia de Core y Redes de Acceso. El joven recibe el apoyo de todos sus compañeros y sus jefes.
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