• REZÓ. Se encomendó a San Ramón y ayudó a que nazca sanito un bebé que ya no quiso esperar a llegar al hospital para ver la luz

Cerca de la medianoche del sábado, don Valentín Ripol (50), el chofer de la única ambulancia en el asentamiento Brítez Cué de Canindeyú, recibió una llamada que lo hizo salir “volando” hacia la colonia ONAC, donde ya llegaba “el barco” de una embarazada.

Al llegar el ambulanciero encontró a la mujer en pleno trabajo de parto y tuvo que hacer de “partero” para recibir a un varón de unos 2.800 gramos. Se santiguó y encomendó a San Ramón, el patrono de las embarazadas, a quien explicó la situación y que su bebé ya no iba a esperar más para salir. “Te animás, le dije, y me dijo ella hace hasta lo imposible, tuvo las contracciones y nació, le limpié la carita, le puse sobre el pecho y corté el cordón”, recordó.

No es la primera vez que el ambulanciero hace de partero, hace 3 años que trabaja en la Unidad de Salud Familiar local y la curiosidad lo llevó a interesarse en saber sobre primeros auxilios y ya le tocó hacer lo mismo hace 22 días, cuando ayudó también a una mujer a tener a su bebé, de una comunidad llamada Cien Hectáreas. “Amo lo que hago, sea la hora que sea, llueva o caigan truenos asisto al llamado para el traslado de enfermos, siempre me llaman de Curuguaty cuando ellos no tienen ambulancia, queda a 75 kilómetros de aquí”, indicó.