POR JORGE IZQUIERDO

Muchas veces cuesta dejar de lado a la familia, la ciudad donde uno vive y muchas cosas más. Pero cuando hay un sueño por delante, los sacrificios hay que hacerlos y aguantar muchas adversidades, con tal de llegar a ese anhelado objetivo.

En esta historia conoceremos al pelotero de Sol de América, Richard Franco (24 años), quien tuvo que dejar la ciudad de Hernandarias para poder convertirse en un futbolista profesional.

El volante tuvo que hacer de todo un poco para ganarse la vida antes de ser un jugador de Primera, inclusive llegó a pasar hambre. En exclusiva charló con Crónica.

– Richard, ¿dónde comenzaste a jugar al fútbol?

– Me inicié en la escuela de fútbol en Hernandarias. Luego me fui a Paranaense para la Reserva, aguanté dos años y luego jugué en la Primera del club en la Intermedia.

– ¿Tuviste que trabajar para ganarte algo de plata, a la par que practicabas?

– Sí, le ayudaba a mi papá que trabajaba en la funeraria, hacía de chofer en la funeraria o de cualquier cosa para ayudar a mis papás.

– ¿Luego ya viniste para la capital?

– Luego vine a General Caballero para la Intermedia y en el 2015 logramos el ascenso a la Primera División.