La agencia de noticias Deutsche Welle informó que, en medio de la tensión en la península coreana, Kim Jong-un visitó la base de Sohae (noroeste) para comprobar el rendimiento de la última tecnología desarrollada por la Academia Nacional de la Ciencia de Defensa.

Jong-un resaltó que el éxito de la prueba «marca un evento de significancia histórica» y declaró «una nueva era para la industria Juché de cohetes», de acuerdo con la KCNA, que también destaca que los avances tecnológicos de Corea del Norte reducen su dependencia de otros países.

Asimismo, el líder norcoreano vaticinó que el mundo «contemplará pronto el significado de la victoria lograda hoy», según declaraciones recogidas por la agencia estatal norcoreana.

Nivel «bastante peligroso»

Pyongyang difundió esta información el mismo día en que el secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, concluirá en Pekín una gira asiática que también le ha llevado a Tokio y a Seúl, y que ha estado centrada en definir una nueva estrategia ante los desafíos norcoreanos.

En previas declaraciones, Tillerson se comprometió a hacer «todo lo posible» para evitar que estalle un conflicto militar en la península coreana, en un momento en el que la situación ha alcanzado un nivel «bastante peligroso», tras reunirse con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.

La última prueba armamentística norcoreana tuvo lugar el pasado 6 de marzo, cuando su Ejército disparó cuatro misiles de medio alcance a aguas japonesas. Ese lanzamiento pretendía ser una réplica de Pyongyang hacia lo que el régimen Juché considera otra provocación y un ensayo para invadir su territorio.

El 7 de febrero del año pasado, el país asiático llevó a cabo su hasta ahora último lanzamiento de un cohete espacial, una acción condenada por la comunidad internacional que la consideró un ensayo encubierto de proyectiles de largo alcance.

Foto: Deustche Welle.