SAN LORENZO. Más de uno se sintió algo desubicado en tiempo y espacio, pero efectivamente la noche de brujas no se había adelantado, si no que un par de “fantasmas” decidieron llegar hasta el Juzgado de San Lorenzo, donde acusaron al magistrado Gustavo Bóveda de no pelotearles estirando como chicle una causa que ya debió supuestamente haberse resuelto hace mucho tiempo.
El pleito es nada más y nada menos entre una doña y su sobrina, donde esta última la había denunciado hace un par de años, pero desde aquel entonces no pasó naranja en cuanto a la cuestión judicial, e incluso acusó al juez del caso de hacerse el “ñembotavy Romerito” para no dar de una vez por todas finiquito favorable a la causa, asegurando que ndaje el letrado dijo que ella y su familia se encontraba en España, por lo que no podía hacer más nada ndajeko.
“Si estamos en España quiere decir que somos fantasmas. El juzgado nunca me llamó a declarar en el juicio que se llevó a cabo los primeros días de marzo. Yo me considero un fantasma ya que jamás me escucharon”, afirmó doña Jorgelina Ayala, notoriamente afectada por la situación. La denunciada es su tía Agustina Álvarez González.
“Para el juez Gustavo Bóveda yo no existo, no existe mi familia, no existe agresión, yo vivo en España supuestamente. No sé en qué se basaron si jamás me llamaron. Se hace un juicio a base de un ausente, me considero un fantasma”, he’i la mujer.
LÍO FAMILIAR
Todo el drama familiar comenzó hace dos años, cuando doña Jorgelina denunció a su tía Agustina por violencia familiar. Tras varios procesos y chicanas, además de supuestamente la vista gorda del magistrado, el proceso ha venido dilatándose, y en cuestión de meses ya pasaría a extinguirse la causa, por lo que exigen que sean “vistos” de una vez por todas.
PROHIBICIONES
Jorgelina comentó además que su tía cuenta incluso con prohibición de salida del país, además de restricción de acercamiento.
AYUDA
Añadió que la mujer aparentemente, pese a las prohibiciones, se encontraría cobrando ayuda social desde Buenos Aires ndaje.
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