• PARTIDAZO. El clásico se disputó ayer en el “Martín Torres”, hubo seis goles y emociones de principio a fin

POR OSCAR PATIÑO

Clásicos son clásicos, son partidos especiales, partidos donde se juegan más con el corazón que con la razón. Todo esto y más quedó ratificado ayer durante el juego entre Trinidense y Rubio Ñu, los eternos rivales de Trinidad.

Comenzó festejando el equipo de Víctor Genes y terminó celebrando el de Éver Almeida, aunque al final ambos se quedan con un solo punto. Fue un 3-3 emocionante.

En el primer tiempo se registraron nada menos que cuatro goles. A los 7’ Diego Arrúa puso el 1-0 para el albiverde.

Tres minutos después el dueño de casa ya llegó a la paridad a través de David Mendoza.

Este tanto significó un enorme golpe anímico para “Triqui”, que se animó y a los 16’ por intermedio de Nicolás Martínez se adelantó en el marcador (2-1).

Sin embargo Rubio Ñu no bajó los brazos y antes de que culmine la primera mitad volvió a emparejar el juego… de nuevo Diego Arrúa se hizo sentir en el marcador

(2-2).

En la complementaria siguieron las emociones, a los 12’ Jorge Achucarro, que tuvo varias chances, finalmente consiguió su gol. Era el 3-2 para los visitantes.

Tras la conquista de “Achu”, el partido se transformó en un ida y vuelta permanente, Trinidense jugando a lo que salga y el “Rubio” defendiendo como podía. A los 95’ Nicolás Martínez decretó el 3-3 final.

LA FIGURA

Nicolás Martínez. Gran partido del ex Olimpia. Fue el hombre diferente en un Trinidense que tiene muy poca “magia”.

EL ÁRBITRO

Ulises Mereles. Le perdonó la expulsión a Nicolás Martínez en el primer tiempo, fue su único error en el partido.

Almeida gritó como nunca el gol a los 95’

Éver Hugo Almeida gozó como un niño con juguete nuevo tras el gol de Nicolás Martínez a los 95’, el que le dio el empate final a Trinidense.

“Ni cuando fui campeón de América grité tanto como este gol”, dijo el DT del conjunto cuya dirección técnica tomó hace solo dos semanas.

Por su lado, Nicolás Martínez también expresó su enorme alegría por el gol y la paridad. “Primero agradecerle a Dios por este resultado. Fue un lindo partido, gracias a los compañeros por el gran esfuerzo realizado. Nos desesperamos por momentos, después del gol de ellos fuimos con todo a buscar el empate y lo logramos. Rubio Ñu en parte manejó la pelota, nosotros pusimos mucho corazón” he’i.