• Un viejo árbol de tajy aplastó un vehículo y sus ocupantes salieron ilesos
• “Dos segundos fueron los que me separaron de la muerte (…). Ahora voy a rezar y a orar más de lo que habitualmente hacía”, dijo una de las víctimas

“Dos segundos nos separó de la muerte. Por dos segundos me salvé. Fue un milagro sin dudas. Dios nos dio una segunda oportunidad”. Estas fueron las palabras que dijo a Crónica don Miguel Giménez Cohene (60), minutos después de haber sufrido un terrible accidente.

Iba al mando de un vehículo, en compañía de su señora María Cecilia Gasparini. Se dirigían a la casa de una amiga para una visita “dominguera” cuando a eso de las 11 de la mañana algo terrible sucedió. En pleno trayecto sobre la avenida 5.ª entre las calles Parapití y Tacuary, un viejo árbol de tajy, ubicado en el paseo central, se vino abajo justo cuando el rodado pasaba por ahí y lo aplastó en gran parte. De milagro la pareja logró salir ilesa del percance.

“Parecía un terremoto. Escuchamos un ruido inmenso. El árbol aplastó toda la parte trasera y por obra y gracia de Dios no nos alcanzó. Como te digo, si pasaba dos segundos después, no contábamos la historia y ya estaríamos en la otra vida”, dijo don Giménez.

“Ahora voy a rezar y a orar más de lo que hacía. Le doy gracias a Dios porque no nos pasó nada. Mi señora sí quedó muy asustada, imaginate lo grave de esto, pudo haber sido una tragedia”, agregó. Don Giménez comentó que lo bueno es que están con vida, pero que lamenta también lo sucedido con su vehículo. He’i que hará el reclamo correspondiente en la Muni de Asunción.

Vecinos realizaron varios pedidos

Vecinos de la zona dijeron que ya fueron varios los pedidos que realizaron a la Muni capitalina para que puedan “tumbar” el viejo árbol, ya que no lo podían hacer por su propia voluntad porque hay una ley que multa a los que derriban árboles sin permiso de la Muni. “La gente de la zona nos dijo que hace rato ya dieron aviso a la Municipalidad pidiendo que vengan a quitar este árbol porque dicen que al pasar los colectivos ya se movía todo mal y solo era sostenido por otros árboles nomás. Era un peligro total. Pero nunca les hicieron caso”, comentó don Giménez.