La cara de susto aún dejaba ver que esa noche no se borrará nunca más de su memoria. Los estruendos desesperantes durante horas les hicieron vivir una madrugada de terror de la cual pudieron salir, a pesar de la violencia y de las explosiones, de manera ilesa. Eso es algo que Alison Anisimoff  le agradece profundamente a la Virgencita, ya que según comentó, fue su propia mamá quien le comentó cómo se dio todo.

“Fue algo realmente desesperante. Venir a encontrarse con esto es algo que no se puede describir. Fue de terror” comentaba Alison describiendo lo que pudo hablar con su mamá durante esas horas interminables en las que todo lo que estaba a su alrededor comenzaba a desmoronarse.

“En la primera explosión ya salió volando una de las puertas y parte del quincho. En la siguiente se cayó la sala. Mamá y papá estaban aterrados. Casi todos los vidrios de la casa explotaron. Pero en un momento dado, mi mamá vino acá, hacia donde estaba la Virgencita, y tras de ella vino papá. Fijate cómo se cayó todo alrededor de esta parte, pero acá donde quedó la imagen no pasó nada. ¡Fue un milagro!” comentó.

Fue el propio papá, don Alejandro, quien dijo que “la Virgencita de la Rosa Mística y el Niñito Jesús son los dueños de este hogar, y no quisieron que se destruyera todo, nos dieron la oportunidad de seguir viviendo aquí. La Virgen nos salvó de esta guerra”.

NIETOS

Don Alejandro dijo que fue una bendición que sus nietos justo ese día no estaban en la casa.

150 MINUTOS

Fueron los que debieron soportar en medio de disparos y bombazos que destrozaban la casa.

QUE SE VAYAN

La mamá de la casa dijo que hablará con los vecinos para pedir que se muden las oficinas de Prosegur.

VECINOS

Así como los Anisimoff, son varios los vecinos que viven alrededor de la transportadora de caudales.

Cada explosión “fue como una bomba atómica” he’i

Don Alejandro, quien pese a lo impactante de la situación, se demostró por demás educado y servil con todos aquellos quienes recurrieron a él, puntualizó que de estar viendo tranquilos un programa de televisión pasaron a ser los protagonistas de una película interminable con violencia extrema y momentos de un horror que le recorría hasta los huesos.

“Fue tremendo. El living de nuestra casa quedó destrozado, los explosivos destruyeron prácticamente todo lo que con tanto sacrificio construimos” arrancó diciendo el señor Anisimoff, quien es vecino del local de Prosegur, el blanco en base al cual se desató una especie de batalla mundial.

“Al comienzo escuchamos algunas balas. Oímos ruidos de vehículos y pensamos que era la Policía. Después ya vinieron las explosiones. Fue como una bomba atómica cada vez que estallaba. Ahí mi señora llamó a la Policía y lo único que le dijeron es que nos coloquemos debajo de una cama».