• “SONRISITAS”. La mujer fue detenida como la principal sospechosa de provocar el fuego, pero lejos de mostrar preocupación, estaba ¡feliz!

YASY CAÑY. Con una sonrisa de oreja a oreja como quien no siente ni pizca de remordimiento o culpa por lo que aparentemente había ocasionado, Rosa Dalila Ferreira llegó hasta la comisaría, hasta donde fue trasladada luego de que supuestamente incendiara la casa ¡de su exsuegra! El hecho se registró en la compañía 8 de Diciembre de la localidad de Yasy Cañy, departamento de Canindeyú.

La triste sorpresa se la llevó doña Teresa Duarte González (50), quien al llegar a lo que alguna vez fue su precaria casita se encontró con puros escombros y los restos de lo que eran su camita, ropero y alguna que otra pertenencia que no pudo salvar de las voraces llamas.

Al toque, la doñita con el dolor en el alma de haber perdido lo poco que tenía, llegó hasta la subcomisaría 20 local, donde sin tartamudear sindicó como responsable del hecho a su exnuera Dalila, con quien aparentemente no tenía el mejor de los tratos.

Sin demora, los uniformados fueron tras los pasos de la joven, quien tras un rastrillaje por la zona pudo ser localizada y detenida. En ningún momento, de acuerdo a las manifestaciones que se recabaron, la joven demostró señales de entender el daño que realizó.

IMPUTADA

Tras acudir al Ministerio Público, el fiscal imputó a la joven por producción de riesgos comunes y solicitó medidas alternativas para la misma.

Fiscal pidió que se le vichee qué tal está de la cabeza ra’e

Una vez que Rosa Dalila fue detenida, se la puso a disposición del fiscal Vicente Rodríguez, quien manifestó que solicitó un estudio psicológico de la mujer, debido a que aparentemente la misma tendría naná en la cabeza. “Pareciera que tiene algunas conductas no normales vamos a decirle”, le bajó el letrado.

El fiscal manifestó que la misma se expone a unos 5 años tras las rejas o multa, pero que primero hay que saber su estado psicológico o psiquiátrico.
La casa de la señora fue consumida en cuestión de segundos, por ser mayoritariamente de madera y estar dentro un montón de cosas con características inflamables.