LEYENDA VIVA. Doña Juanita recorrió Asunción desde los 17 años de edad hasta que tuvo 80. Muchas travesías pasó y contó algunas de ellas

LUQUE. Jovial, fuerte, lúcida y, por sobre todo, bastante feliz la vimos ayer a doña Juanita Fernández, quien cumplía sus cien años. Con sus seres queridos cantó y danzó hasta cansarse. Nos contó un poco de su historia cuando era burrerita. Se la considera una de las últimas que quedaban en luquelandia.

“Yo fui burrerita más de 60 años, porque empecé a los 17 años y a los 80 me dejé. Desde acá (su casa en Laurelty) me iba hasta Trinidad a hacer mis ventas de miel, verduras, frutas, de todo un poco. Recorría mucho”, empezó relatando.

Varias fueron sus andanzas y sus hazañas. A los burritos que tenía los manejaba con solo una palmada de mano o silbidos que sus animales ya conocían. “Varias veces me caí, pero rápido me levantaba otra vez. Por suerte nunca me rompí ni nada de eso, solo me lastimaba mi rodilla”, contó en guaraní.

A doña Juanita se la ve muy vital a pesar de su edad y contó su secreto para que esto sea posible: “Yo me alimento bien, mi almuerzo es guiso de poroto, locro, desayuno maní ku’i con leche. Todo lo que ahora no se quiere más comer, nunca me alimenté mal y camino mucho hasta ahora” he’i.

Según el relato de su gentekuéra, visita a todos sus sobrinos que viven cerca de su casa caminando. “Ella de repente se esconde, desaparece de nosotros y va a visitarlos a sus sobrinos que viven todos cerca. Es coqueta, le gusta arreglarse”, contó por su parte Teresa, quien es su sobrina, pero una de sus hijas del corazón a la vez.

Nunca pudo ser mamá biológica pero se ganó hijos del corazón

Doña Juanita nunca pudo tener un hijo de su vientre, pero adoptó muchos hijos de corazón que son sus sobrinos y que la rodean en todo momento, en especial tres de ellos. “Ella nos crió a mí y a otros dos hermanos desde chiquitos porque nuestra mamá, que es su hermana, falleció y entonces para nosotros no es la tía, es nuestra mamá. Nuestros hijos le dicen por eso abuela a ella”, contó Teresa.

Ayer, junto con sus familiares y amigos, doña Juanita disfrutó de un gran festejo en la noche. Bailaron y la pasaron bastante bien.