• COMO AQUEL DÍA. “Pedí que haga la intercesión ante Dios para que les tenga misericordia a los padres, para que lo puedan tener en vida”

La fe mueve montañas y más todavía si uno lo hace con gran amor y devoción. Una de esas grandes creyentes es la licenciada en obstetricia Blanca Duarte, quien presenció un verdadero milagro que lo atribuyó a la hermana María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como “Chiquitunga”.

“Ese niño nació el 15 de agosto del 2002, el día de la Virgen de la Asunción. Se dieron algunos acontecimientos muy llamativos del preparativo de Dios, para la intercesión de ‘Chiquitunga’”, arrancó contando la licenciada.

“Vinieron 45 kilómetros desde Nueva Germania. Cuando llegaron nos dimos cuenta que los padres eran sordomudos. Cuando la revisamos a la mamá vimos que el feto tuvo un sufrimiento fetal agudo y tenía el cordón umbilical por el cuello. Por eso el bebé nació prácticamente muerto” he’i.

“Nació sin vida. Lo aspiramos todo, lo oxigenamos pero no tenía signos vitales. Le llamé al anestesista. A los diez minutos por ahí me dijo que empezó a latir su corazón. Le revisé de nuevo y nada. A los 20’ vino una doctora y me dijo ‘este chico ya se fue’. Ahí yo hice la intercesión, le pedí a ‘Chiquitunga’ por él”, recordó.

El milagro comenzaba a consumarse. Como si fuese que estuviera aún ahí, recordó que “me retiré unos 5 metros de la mesa de donde estaba el bebé, que haga la intercesión ante Dios para que les tenga misericordia a los padres, para que lo puedan tener en vida a este bebé en sus brazos. Eso fue lo que le pedí con los brazos abiertos. Allí el bebé dio una aspiración profunda y empezó a respirar”.

¡Mal!

“Por esa condición, a término de gestación, su pielcita ya estaba putrefacta”, aseguró.

30 minutos

Tras ese tiempo de haber nacido, gracias a la intercesión, el bebé empezó a respirar

Conoció a la futura beata en el 96, gracias a unas publicaciones

La licenciada Blanca recuerda que ella no estaba al tanto de la existencia de “Chiquitunga” hasta que una vez, gracias a unas publicaciones periodísticas, supo de la misma y rápidamente se cautivó con su historia. A partir de ahí fue una fiel devota, aseguró.

“En 1996 encontré en un diario algo de su vida y desde esa vez me hice amiga de Chiquitunga. Siempre le tenemos presente en la familia, porque todos somos devotos de ella”, recordó. Además, contó que “yo siempre compro libritos, estampitas y regalo en los 15 años y en el hospital también para que se le conozca más”.

Sordomudos

La mamá de Ángel, Liz Marlene, es sordomuda. Su padre, también sordomudo, falleció cuando el chico tenía 3 años

Beata

“Chiquitunga” está cada vez más cerca de la beatificación, gracias a la curación a Ángel. El Vaticano ya aprobó el milagro

“Ni yo me acuerdo cómo me sentí del susto en ese instante” dijo la tía

Constancia Peralta, la tía quien estuvo presente cuando nació en el hospital, explicó ese momento increíble que le tocó vivir a toda la familia.

“Yo entré a la sala de parto para ver a la criatura porque me dijeron que nació muerta. Ni yo me acuerdo cómo me sentí del susto en ese instante. Demasiado mucho sentí. Me dolió en el alma, porque sé lo mucho que sus padres esperaron el momento del nacimiento de su hijo”.

De ese duro momento recordó que “no sabía cómo decirle que su hijo nació muerto. Entré en el baño del hospital y lloré mucho. Un momento después me llama una de las obstetras y me dice “mirá, comienza a mover sus manitos”.

Igualmente, la doctora Nidia Fernández, la médica que asistió en el parto, aseguró que “es un milagro porque nació sin signos vitales y tras varios minutos revivió. No necesitó ser introducido a una terapia intensiva para una respiración artificial porque espontáneamente respiró. Es un milagro”.