• INCLUSIÓN. Es socia de “Exi con dignidad”, demuestra la reinserción social y laboral que logran exreclusas del Buen Pastor

Todos merecemos una segunda oportunidad en la vida, por más errores que se hayan cometido. Una exreclusa cuenta cómo pudo superar los prejuicios y abrirse paso en el campo laboral, a pesar del triste pasado.

Con una sonrisa jovial y una amabilidad que la caracteriza, Nidia Riveros (45), una mujer que estuvo privada de su libertad durante 4 años, demostró que cuando uno quiere puede salir adelante a pesar de todos obstáculos que aparecen en la vida.

Llena de optimismo y ganas de luchar, Nidia fue una de las primeras mujeres dentro del Buen Pastor en obtener el carné de artesana reconocido por el IPA (Instituto Paraguayo de Artesanía), además de haber sido una de las seis instructoras que enseñaban a sus compañeras esta bella profesión, que hoy día Riveros lo sigue desempeñando.

“Somos seis, y enseñábamos dentro ya con un sueldo que nos avalaba la Cruz Roja Internacional. Tu tiempo lo utilizabas en trabajar y bordar las camisas de los sacerdotes” decía Nidia, dejando salir una sonrisa de su rostro mientras sacaba de bajo de su mostrador uno de sus bellos trabajos bordados hechos en aopo’i que luego será usado por un pa’i.

Nidia, en medio de su ajetreo laboral, de atender su negocio, de ver si las mercaderías que solicitó llegaron todas, no dejó atrás la solidaridad para con sus compañeras quienes están por salir nuevamente a la calle y desean tener un trabajo digno. Para ello y gracias al apoyo de la doctora Carla Bacigalupo se creó la asociación “Exi con dignidad”, lugar que demuestra la reinserción social y laboral que también cuenta con su stand en la Expo de Mariano Roque Alonso.

“Ahora hay tres chicas que están por salir, darle esa propuesta de trabajo y llevarles en el taller que se está montando en ‘Exi’ para que trabajen de manera honesta”, terminó diciendo la mujer.

“Trabajaba como un hombre más”

Nidia, quien al salir del Buen Pastor hace tres años, resaltó que trabajó haciendo de todo un poco, pintando, decorando hasta incluso trabajos pesados.

“Trabajaba como un hombre más hasta que mis hijos me dijeron que me quede porque viajaba mucho”, decía la valiente mujer.

Resaltó que costó mucho conseguir un trabajo luego de haber salido de la penitenciaría, pero que a pesar de todo y gracias al apoyo de sus hijos y de su mamá ella salió adelante.

“Si vos te ponés las pilas salís adelante donde sea y como sea”, terminó diciendo Nidia.