• AZULGRANITA CAMPEÓN. Va al 4.º grado y sueña con algún día vestirse con el uniforme de su querido club, el Ciclón

CAPIATÁ. Un 11 de noviembre del 2005 nacía Julián de Jesús Rodríguez. Llegaba al mundo con una deformación en una pierna y algunas complicaciones de salud. Esto para Felicia Ortega (38), madre del pequeño, fue muy duro ya que la desesperación, años atrás, se apoderaba de ella ante tal situación.

Pero con el paso del tiempo, Julián fue creciendo y para sorpresa de su madre comenzó a demostrar habilidad para el fútbol, a pesar de tener como soporte una muleta.

“Soy cerrista de corazón y siempre practico para saber chutar, a veces quiero tener mi propio uniforme de Cerro también”, comentó Julián, el fanático azulgranita, quien vive en el barrio Anahí II.

Con tímida voz y sonriendo, contó que va al 4.º grado en la escuela San Roque de Capiatá, es apasionado del club del pueblo y señaló que su gran sueño es conocer algún día “La Nueva Olla” azulgrana, vestir el uniforme azulgrana. También quiere aprender andar en una bici.

“Para él jugar al fútbol nunca fue impedimento, ya que se las ingenia y corre como cualquier otro niño. Desde chico juega a la pelota, sabe jugar y todos los días le mete al partido con sus amigos. Para él no hay nada imposible y el fútbol es su principal pasión. Cuando nació recién lloré tanto, pero ahora, después de grande le miro y me pongo feliz otra vez, porque es como que tiene todo”, decía doña Felicia, mirando a su hijo mientras chutaba la pelota.

“Es cabezudo pero hace la tarea siempre”

Julián, como toda criatura va a la escuela y según su mamá a veces es un dolor de cabeza para los profes, ya que es un niño muy inquieto, aunque siempre hace todos sus deberes de estudiante. “Se quejan sus profes a veces porque no se queda quieto, es cabezudo pero hace todo siempre. Su papá a veces me dice que cuando se queja su profe no le deje ir, pero es mejor que sea así, porque él es sano”, dijo su mamá con una sonrisa.

Resaltó que Julián, a la par que sus compañeritos, al primer sonido de timbre ya sale del aula a jugar partido y que no se queda atrás.