Don Hugo Céspedes no para de llorar. El dolor que dice sentir nace en lo más profundo de su corazón y no sabe cómo hacerle frente. “La fe no se negocia”, soltó con una voz quebrada por la tristeza que siente. El hombre se volvió una especie de “custodio” de la Virgen de Caacupé que está instalada en la gruta ubicada al costado de la iglesia de Ñemby, la cual quieren reubicar en otro sitio supuestamente para instalar –en el lugar en el que está actualmente– algunos salones comerciales.

“Aquí me voy a quedar hasta que este tema se solucione. Este lugar es un patrimonio histórico y espiritual de toda una población. Tiene más de 40 años con nosotros y no pueden hacerle esto” dijo don Hugo, quien desde el sábado se encuentra acampando frente a la gruta, durmiendo con “un ojo abierto”, cuidando que nada malo le hagan a la Virgencita azul. “Esto (lo de demoler la gruta) no fue consensuado ni con la feligresía ni con los coordinadores de capilla con quienes el sacerdote de la iglesia se reúne mensualmente”, agregó.

Hugo comentó que la medida de fuerza que tomó tiene un motivo especial. “La Virgen me dio una segunda oportunidad de vida y haría lo que sea por defenderla. Incluso siendo un escudo humano para cuando quieran derribarla”, dijo. “Hace varios años tuve un accidente. Caí de un micro y la rueda trasera pasó encima de mis piernas, comentó. “Estuve 22 días en el hospital, cuatro días en terapia intensiva. Y estando en terapia no sé cómo canté una música dedicada a la Virgen. Me recuperé, pero quedé en silla de ruedas. Me encomendé de corazón a la Virgen, y fue ahí que dejé la silla de ruedas y caminé. Cómo no estar agradecido con ella, cómo no hacer esto por ella”, finalizó.

Otras medidas

Don Hugo dijo que si la cosa continúa podría llegar a tomar medida de fuerza más severa como encadenarse y hacer huelga de hambre.

Trabajo

Don Hugo cumplió ayer el permiso que tiene en su trabajo. Pero si esto no se soluciona, dijo que seguirá custodiando a la Virgencita.

“Están tocando el corazón de todo un pueblo”

“Al tocar a la Virgen de Caacupé están tocando el corazón de todo un pueblo. Es grave esto. Al sacar esta gruta, están destruyendo el corazón de cientos de personas que vienen cada día a buscar esa ayuda espiritual en este sitio. Este lugar es sagrado”, dijo don Hugo.

“Nuestra postura es esperar a que el obispo Joaquín Robledo –quien dijo que hablaría con el padre Tadeo– se acerque nuevamente a nosotros con una respuesta y así saber si seguimos o no con esta medida e fuerza”, agregó.

Lugar “sagrado” para muchos vendedores y estudiantes ndaje

Varios vendedores que están apostados en las cercanías de la gruta dijeron estar muy tristes por lo que quieren hacerle a la Virgencita. “Hace 9 años que estamos acá y cada día voy a la gruta para pedir bendición a la Virgen, y ahora lo quieren destruir, me da mucha tristeza”, comentó doña Miriam Giménez, vendedora de la zona.

“Aquí mucha gente recibió su milagro de alguna u otra forma. Querer hacer esto con la Madre de Dios es algo muy doloroso”, dijo por su parte don Máximo Rojas. Por otro lado, el sitio es muy visitado avei por los estudiantes. “Aquí siempre vengo al entrar y al salir de clases para pedir bendición”, dijo Carlos A., alumno del cole “Carlos A. López”.