EXPERIENCIA. Se vio obligado a dejar sus estudios para trabajar de muy joven, ahora tiene un microemprendimiento y está por terminar el cole

“Hace 35 años que trabajo en la construcción, empecé desde muy abajo como aprendiz”, comentó don Ignacio Sánchez (54) revelando las vueltas que da la vida. Desde muy joven sabe lo que es el sacrificio, hoy día tiene un microemprendimiento de construcciones, pero siempre mantiene su espíritu de humildad. 

Hace algunos años, activando en la Ace de padres, “construimos 6 aulas, más la escritura del predio y conseguimos la apertura del 7.º grado”, cuenta orgulloso cómo ayudó a levantar el aula donde ayer rendía su examen de química. Está por terminar su bachillerato de jóvenes y adultos en la escuela “Inmaculada Concepción de María”, de Capiatá. 

Se vio obligado a cambiar los libros a los 15 años por trabajo, para ganarse el pan y porque sus padres no podían solventar sus estudios. Recordó que cuando tenía 13 años, por la mañana estudiaba y por la tarde laburaba en un aserradero, fue uno de los mejores alumnos del 6.º grado, pero tuvo que dejarlo. 

En todo ese tiempo pasó por un proceso de aprendizaje de albañilería, encofrador, hormigonista, fontanería y maestro mayor de obra en el SNPP. También sabe lo que es estar lejos de casa, estuvo por Argentina y España, entre ladrillo y ladrillo, hasta regresar a casa.

Su granito de arena para ayudar a otros

Don Sánchez quiere ayudar a otros a salir adelante. En su lista de sueños está ver crecer a su ciudad y aporta su granito de arena junto a un equipo de gente que suda la gota gorda en la Asociación de Emprendedores Capiateños (AEC), donde entre otros proyectos, abrió una escuela de emprendedores, con cursos gratuitos de alto nivel para impulsar el negocio propio.

“Sánchez Construcciones” se llama su microempresa que funciona con 25 albañiles, ya hizo algunas obras importantes como el Palacio de Justicia de Coronel Oviedo y Pedro Juan Caballero. “En 1984 trabajé por primera vez como contratista, hago de todo,” agregó.