• SU IMPULSO. Su mamá quedó soltera muy joven a cargo de ellos, pero siempre le inculcó a ella y sus hermanos a cumplir las metas de estudio.
• ESCALÓ. Teresita Araújo se sacrificó el doble para lograr su objetivo. Gracias a eso hoy tiene cargo de jefe en IPS Central.

Tres importantes médicos en su área arrancaron de lo más bajo, siendo uno de ellos canillita, el otro caramelero y el último lustrabotas, con mucho esfuerzo lograron llegar a la cúspide de la Medicina.

La historia de ellos dio vuelta al país, y a partir de ello, saltaron otras que dejan en claro la garra del paraguayo cuando se propone una meta. La doctora Teresita Araújo, admirada y respetada, es la jefa de oficina de coordinación de IPS Central. Lo que muchos no se imaginan es lo sacrificado que fue para ella llegar donde está: se recibió de doctora limpiando casas y cuidando ancianos en Buenos Aires (Argentina).

“Con mi familia vivíamos en General Bernardino Caballero (Paraguarí). Mi papá murió cuando yo tenía 4 años, tenía otros tres hermanos y un hermanito en camino, porque mi mamá estaba de 8 meses de embarazo. Entonces nuestra historia se inicia allí, ya que mi mamá estaba sola con cinco hijos y tuvo que ser madre y padre para todos nosotros y era el único sostén económico”, relató.

Su mamá se había recibido recién de docente, empezó a trabajar y recibió la ayuda de los abuelos para criar a sus hijos. La doctora Teresita asegura que todo lo que hoy es se lo debe a aquella mamá estricta, que los mantenía en una disciplina inigualable, pero que a pesar de todo siempre los estimuló a ser alguien en la vida.

ASUNCIÓN

“Pese a sus limitaciones mi mamá quería que estudiemos y cuando terminábamos el 3er año (9.º grado ahora) nos mandaba a Asunción. Yo vine y trabajé de criada en la casa de unas tías, pero la condición era que debíamos seguir estudiando”, recordó.

Llega un momento en que Teresita termina el colegio y vuelve a su querida ciudad de Caballero para las vacaciones de verano. Su deseo de estudiar Medicina seguían intactos como hace algunos años atrás. Su madre no tenía las posibilidades de cargar con los gastos de esa carrera, pero Teresita tenía una convicción muy fuerte de lo que quería y allí fue que empezó el largo camino para cumplir su tan anhelado sueño.

DOBLE

Para recibirse de doctora tuvo que quemar pestañas el doble que sus demás compañeros.

BECA

A doña Teresa, madre de Teresita, le invadía la preocupación porque pasaban los días y su hija no se decidía por una carrera alternativa. Pero un día se le plantó y ya no le dio elección, Teresita tenía que decidir.

“Mi mamá me dijo que ya al día siguiente íbamos viajar a Asunción para inscribirme en el ISE (Instituto Superior de Educación Raúl Peña) donde estudiaría la carrera de docencia. Y esa misma madrugada que debíamos viajar fue cuando yo me decidí y le dije que iría a Buenos Aires. Yo sabía la existencia de una beca que ofrecía el Consulado acá en nuestro país para estudiar en la Universidad de Buenos Aires”, relató.

Teresita era brillante con las calificaciones en el colegio por lo que no fue difícil ganarse la beca. Así fue, de 20 postulantes quedó entre los 4 becados. “Tenía unas tías en Argentina y me quedé con una de ellas los primeros tiempos. Algo que nunca voy a olvidar es que mi mamá tuvo que vender la única vaca que teníamos para solventar los gastos del pasaje y darme un poco de dinero”, recordó entre lágrimas de emoción, mientras tomaba un sorbo de agua.

CARRERA

Teresita sabía que no podía depender por mucho tiempo del apoyo económico de sus tías. Aunque ellas no tenían problemas en ayudarla, quería valerse por sí misma para todos los gastos que requería la carrera y comenzó a limpiar departamentos.

Era una gran ayuda para poder cubrir todos los gastos que la Facultad y el día a día le acarreaban. Llegó a cuidar a niños y por último una familia la contrató para cuidar a una anciana. Allí vivió por mucho tiempo y se sintió como más que una hija.

“En la Facultad me iba en el turno mañana, siempre hasta las dos de la tarde más o menos me quedaba, después ya pasaba a trabajar y estudiaba de noche”, siguió.

A pesar de que a Teresita le resultaba pesado trabajar y estudiar al mismo tiempo, terminó la carrera en el tiempo establecido de siete años. “Cuando se tiene la meta bien fijada no hay obstáculos insuperables. A los jóvenes hay que insistirles que sueñen y luchen por sus sueños. No hay que presumir del trabajo, porque el mismo sea lo que sea ennoblece a las personas y las dignifica”, fue el mensaje final que lanzó.

TRAYECTORIA

La doctora Teresita Araújo tiene 29 años de trayectoria y es especialista en Medicina Interna, especialista en Medicina del Trabajo, magíster en Administración Hospitalaria y especialista en Educación Superior. Es jefa de la Oficina de Coordinación del IPS y pasó ya por varios cargos de confianza. También hace consultorio en el hospital de Fernando de la Mora.

Es también presidenta de la Sociedad Paraguaya de Medicina Interna, donde ganó el cargo mediante una elección.

CORTITOS

Su mamá era maestra y con regla les tenía cortitos a todos sus hijos, por eso, hoy Tere y sus hermanos son grandes profesionales.

FAMILIA

Se casó con un arquitecto, tiene tres hijos, dos de ellos están en la Universidad, y el otro tiene parálisis cerebral infantil.