• HISTORIAS DE VIDAS. A veces los médicos pasan por situaciones extremas con pacientes que ya no tienen esperanza aparente de vida, pero de repente se salvan “milagrosamente”

Siempre se escucha que para la Medicina todo tiene una explicación lógica. Pero, algunas veces, ocurren eventos que ni los propios doctores pueden explicar con exactitud, como pacientes que ya tienen un pie en el más allá y se recuperan “de milagro”.

El Hospital del Trauma, por ejemplo, las 24 horas recibe a personas que se debaten entre la vida y la muerte. Una decisión puede cambiarlo todo entre quien vive o quien muere.

En medio de todas estas situaciones diarias con las que conviven los profesionales de blanco, el director médico de dicho centro asistencial, doctor Luis Carlos Báez, habló de cómo se viven este tipo de situaciones.

“Respetando muchas veces las creencias de los pacientes y de sus familiares, como así también la de los propios médicos, cada uno cree a su manera. En mi caso, yo tengo que aferrarme a algo. Cuando ya parece que todo está perdido, yo necesito un soporte, necesito creer en una persona o en alguna situación para seguir adelante”, he’i.

“Yo quiero creer que existe un 50% de Medicina y en la otra mitad está la fe de por medio”, señaló el doctor Báez. “Pero eso sí, aunque a veces me digan que el paciente se curó gracias a la fe y no a la Medicina, yo les digo que en realidad lo importante es que se salvó”, dijo con firmeza.

“Siempre se dijo que el médico es un ‘instrumento de Dios’, y yo trabajo con mis manos a través de lo que Dios quiere. Son creencias que cada uno tiene a su manera. Yo creo en algo superior, yo no creo que yo haga solo las cosas, yo soy ese instrumento que le permite a una persona mediante mis conocimientos tratar de salvarle la vida”, agregó.

“El dolor se pasea todos los días por los pasillos del hospital”

“En momentos en que la situación es bastante dura y se presentan pacientes graves, nos toca la oportunidad de pedir a ese ser superior que nos dé una manito, y mas todavía en este tipo de hospitales”, contó el doctor Luis Carlos Báez.

El pan diario en Trauma, según el galeno, es el dolor. “El dolor se pasea por todos los rincones del hospital. Y uno necesita estar contenido con algo, creer en algo, hablar con alguien”, he’i el director médico.

Contó que hubo casos en que mucha gente no creía en nada, y al pasar por una situación difícil y zafar, terminó cambiando de parecer. “Los pasillos de los hospitales tienen un sinfín de historias de gente que nunca perdió esa fe, en que su ser querido se recupere de sus lesiones”, agregó Báez.

“¿Doctor, si fuese su hijo, usted qué haría?” le dijeron

Ante situaciones difíciles siempre se escapa un “¡Dios mío!” o se busca un soporte emocional que ayude a superar un momento difícil. “En mi caso llevo trabajando como médico unos 18 años. A veces me toca la difícil tarea de decirles a los familiares las condiciones en las que se encuentra su familiar, desde noticias poco alentadoras, hasta informar del fallecimiento de su ser querido”, explicó el doc.

Báez relató que en una ocasión un compañero tuvo que darle la mala noticia a una familia, de que su ser querido no iba a sobrevivir. El papá del paciente le dijo: “¿Doctor, si fuese su hijo, usted qué haría? Déjeme esa oportunidad de creer que los milagros existen, no me quiten esa oportunidad”.

Los niños y sus ángeles, de la mano

En todos los años que lleva ejerciendo la Medicina, el doctor Báez pasó situaciones que le hicieron creer que ese ser superior está presente entre ellos. “Me tocó cubrir hospitales en donde habían niños oncológicos, niños con cáncer, y me llamó mucho la atención las visiones que estos pacientes suelen tener, previo a la muerte. Te cuentan que ellos ven cosas, que fueron visitados por alguien, y eso le toca mucho a uno, te inspira en creer, te empuja a creer en algo sobrenatural”, contó.

“Esa experiencia la llevaré siempre conmigo, porque me sucedió en más de una ocasión, y con más de un paciente, que sintieron la presencia de alguien en su sala, no habiendo absolutamente nadie en el sitio, una especie de ángeles según nos cuentan ellos”, dijo finalmente.