Profesores hay muchos, pero de los buenos, con vocación, compromiso y pasión por la profesión, no tantos. Brunilda Vicenta Duarte Agüero (77) está en el grupo de los que se destacan.

La pasión por enseñar se puede observar en cada gesto que realiza. Y da la casualidad que esa pasión despierta el entusiasmo por aprender de varios chicos.

“Trabaja en lo que te gusta y no trabajarás ni un día de tu vida”, es la frase con que se puede resumir la vida de la profe Brunilda, quien es docente hace más de 57 años. Se jubiló en el año 1986, pero 31 años después sigue en el lugar que tanto le apasiona: el aula de clase.

Se levanta a las 5 de la mañana, se prepara, desayuna y ya sale de su casa, ubicada en el barrio Tacumbú, de Asunción, para tomar el colectivo que la lleve hasta el colegio “Ing. Eduardo Kishi”, ubicado en Fernando de la Mora, donde está como coordinadora en el nivel inicial primer y segundo ciclos.

A la profe se le ilumina el rostro cuando habla de educación. “Ser docente para mí es lo máximo”, dijo. A la consulta del porqué sigue en las aulas, la profe se sincera, toma un suspiro y responde: “Enseñar me apasiona, es lo que me mantiene con vida. Me anima ver la mirada de los jóvenes con ganas de aprender, es el motor que me impulsa a seguir en esta tan noble profesión”, comentó.

“Por mis aulas pasaron muchísimas generaciones. A muchos los vi crecer y hacerse grandes profesionales. Ese es el mejor pago que un profesor puede recibir”, agregó.

Docentes la tienen de consejera

Brunilda es profesora normal superior y licenciada en Ciencias de la Educación. Enseñó en primaria, secundaria y en la Facultad. “Los años en esta profesión me dieron mucha experiencia y trato de transmitir a los que quieren aprender. Hay muchos docentes que me piden consejos”, dijo la profe. La maestra comentó que el apoyo familiar fue fundamental en su carrera. “Tengo 7 hijos, 12 nietos y 6 bisnietos que me apoyan en todo”, dijo. Por último dejó un mensaje. “Se tiene que enseñar con más pasión y amor. Eso hace falta mucho más”, finalizó.