• FRASE. “Se levantó y salió a la calle. Su mamá le dijo que no, pero él salió. 20 segundos después los motochorros le asesinaron”

Una serie de recuerdos se mezclan en la cabeza de don Gerardo Martínez (46), al hablar de su hijo Wilber Martínez (26), el joven que dejó este mundo al recibir un balazo a la altura de la cabeza por parte de motochorros al intentar defender a su tía cuando a esta le querían despojar de su celular.

Don Gerardo no puede estar al lado de su familia en este desgarrador momento porque se encuentra en los Estados Unidos, trabajando en construcción. “Lo que siento es algo difícil de explicar. Siento mi corazón quebrado por no poder estar con mi familia y ver por última vez a mi hijo”, dijo a Crónica. Y ese dolor se hace infinito cuando recuerda que, pese a la distancia, fue testigo de lo que le ocurrió a su hijo.

“Presencié la muerte de mi hijo por videollamada”, dijo con la voz quebrada. “Esa tarde estaba conversando con toda mi familia por videollamada. De repente Wilber se levantó y salió a la calle. Su mamá le dijo que no salga, pero él salió. Veinte segundos después los motochorros le asesinaron”, contó, y agregó que “entré en una desesperación que no puedo explicar, me volví loco. Sabía que a mi hijo le pasó algo y no podía hacer nada”.

“Me quedo con esa su sonrisa”

El padre de Wilber recordó que fue lo último que le dijo su hijo en esa conversación por videollamada. “Me estaba bromeando por cómo se dejó la barba y por el peinado nuevo que tenía. Nos estábamos riendo. Me quedo con esa su sonrisa, la última antes que salga a la calle y que sea una nueva víctima de estos criminales que siembran el terror en nuestro querido país”, aseguró. “Se fue como un héroe. Todos nos dicen eso, porque quiso defender a un ser querido (su tía). Eso resume lo que era él, que daría todo por los suyos y los demás”, explicó.

El “papá guasu”: quedó a cargo de la familia

Don Gerardo comentó que Wilber era un padre ejemplar de un niño de 3 añitos. “Vivía con su señora y su hijito de quienes cuidaba con su vida”, dijo. Comentó además que luego de su viaje a los Estados Unidos, Wilber quedó avei como el “papá guasu” de la familia, cuidando de su mamá Myrian y de sus tres hermanas, Vivien (22), Meliza (15) y Evelin (8). “Yo tuve que viajar para darle todo a ellos y ahí él quedó como el papá de todos ellos”. Agregó que Wilber “era todo un profesional (arquitecto), se mató estudiando para lograr recibirse. Solo queremos que se haga justicia”, finalizó.

CAYERON CUATRO

Marcelo López (18), Rodney Portillo (20), Wálter Acosta (28) y Cleto Almada (23) fueron detenidos por el asesinato de Wilber.