• LA PAREJA se ama, pero él no puede ver ni en pintura a la madre de su esposa, y ella insiste en pasar juntos, en familia

Desde chico siempre me encantó la Navidad, hasta que me casé. Por Dios, qué señora tan insoportable es mi suegra, se mete en todo, y le tiene de empleada a mi señora, ella es un pan de Dios. Hace tres años nos casamos, siempre hubo ese roce con su familia y la mía, así que el pleito empieza cuando arranca diciembre y hay que decidir dónde pasar las fiestas. De tanto que nos peleamos por ese tema de ir a la casa de los abuelos, mi hijo se quedó asustado y le tuvimos que llevar al psicólogo, porque empezó a bajar sus notas. Por suerte superó, pero nosotros seguimos peleando. La psicóloga nos recomendó no hacerlo frente a nuestro pequeño, así que cuando estamos por reventarnos, le dejamos un rato en la casa de la vecina y nos vamos a caminar. Eso parece que aliviana un poco, pero es el único tema en que no puedo ponerme de acuerdo con mi mujer, y eso que yo la complazco en casi todo. Soy un tipo de familia, voy al supermercado, no le hago faltar nada, no chupo, no fumo, ni me involucro con los muchachos del barrio para no crear líos en la casa. Mi señora no está muy de acuerdo con eso de ir a la cancha y quedarse para el tercer tiempo, pero eso y todo superamos, porque antes era otro motivo de pelea.

Ahora seguro te preguntarás por qué no le trago a mi suegra, porque ella acapara todo, es controladora y le tiene a su marido como un perro. Yo no quiero terminar así. A parte no da gusto, me gustaría pasar con mi gente, pero mi señora me dice que es una fecha que debemos pasar juntos, por nuestro hijo.

DANY, DE ARROYOS Y ESTEROS, 28 AÑOS.

RESPUESTA: Desde que arranca diciembre hay un mar de emociones sueltas que si no sabemos administrar nos puede jugar una mala pasada. Estamos más irritados, nerviosos, hay mucho estrés, malos entendidos y disgustos que pueden atentar contra la estabilidad de la relación.

Si hay un conflicto con tu suegra lo ideal es sentarse a conversar y buscar la forma de resolverlo sin sobresaltos y no esperar a que llegue esa fecha tan importante en el calendario. El espíritu de la Navidad debería ser el de promover la unión familiar y un momento para reflexionar acerca de nuestros logros y tropiezos, un balance de resultados y de pendientes por trabajar.

Puede ser un tiempo para sanar las heridas y transformar las fiestas en un verdadero motivo de celebración. Antes que pelear con tu pareja, centrarte en el problema, ambos deberían estar trabajando por la solución, buscando un acuerdo.

En vez de que la nochebuena se convierta en una batalla campal, si no llegan a ese punto medio, hasta deberían pensar en la posibilidad de pasarlo por separado pero manteniéndose en comunicación y respetando los espacios. Me parece excelente que hayan llevado al niño a consulta, pero ustedes también deberían hacerlo para mejorar la comunicación y acompañar el proceso.

Si tu pareja gana la pulseada y pasan todos juntos en lo de tu suegra, tomate un respiro cada vez que sientas ganas de dar rienda suelta a tus emociones negativas. Ofrécete para ir a comprar algo que falte, ofrécete a calmar al perro que está asustado con la pirotecnia.

Encuentra maneras amigables y proactivas de encontrar un espacio para tomar aire con tu pareja en medio de estos trances familiares. Relájense más y dejen las discusiones para otro momento.