• MUY COMENTADO. Había sido herida en el 2014 cuando unos motochorros intentaron robarle su cartera

Ayer, Camila Cabriza (26) fue a la Facultad de Derecho de la UNA, entró al aula, y encaró con convicción hacia uno de los docentes. Tenía que dar el último final para cumplir con su sueño de recibirse de abogada. Entre los artículos de algún código o algún concepto jurídico, a su mente llegaban los recuerdos de todo lo que le pasó aquella tarde del 12 de abril del 2014, cuando unos motochorros le dispararon a la cabeza para robarle su cartera.

Tras un largo proceso de recuperación, Camila volvió a su vida normal. La bala quedó en ella, pero eso no hizo que baje los brazos. Con tenacidad, sacrificio y fortaleza retomó sus estudios para demostrar a todos que si uno se propone todo se puede lograr.

El reloj marcaba las 11:45 cuando Camila salió del aula. Miró a su derecha y ahí estaba su mamá. “Lo logré mamá. Esto es para todos ustedes”, fueron sus primeras palabras en medio de un abrazo cargado de ternura y emoción. Ahí también estaban su esposo y sus dos hijitos, Uma (2) y Dieguito de 7 meses. “Ustedes fueron mi motor para seguir adelante y cumplir mi sueño de ser abogada”, les dijo. “Dios es mi superamigo. Doy gracias a Él y a todos los que siempre oraron por mí”, comentó a Crónica Camila. “Fue muy difícil el camino luego de todo aquello que pasó. Pero todo eso quedó atrás y hoy disfruto de este logro que me llena de satisfacción. Todo esto es gracias a Dios y a las oraciones de todos”, agregó.

Próxima meta: destacarse en esta nueva profesión

Para lograr el tan anhelado cartón de abogado, Camila sin dudas tuvo que sortear todos los problemas de un alumno corriente y uno más: el recuerdo de aquello que le pasó.

La nueva abogada, quien trabaja en el Poder Judicial, dijo que “hoy (por ayer) concluye una etapa, pero comienza otra más distinta y difícil tal vez, que es enfocar las responsabilidades como profesional del Derecho. Como abogada pretendo cumplir mi rol como corresponde y que la Justicia sea mi Norte”, dijo.

Por su parte, Ruth Osorio, mamá de “Cami” comentó que “las oraciones de todos hicieron que esto se esté concretando y mi guerrera hoy esté disfrutando de todo esto. Inmensamente feliz y agradecida con cada una de las personas que oró siempre por mi hija. Dios es grande”, dijo.

El caso quedó grabado y conmocionó a todo el país

El repaso cronológico marca que en aquel día 12 de abril del 2014, Camila llegaba a su casa ubicada en el barrio Las Palmeras, de Luque, en compañía de su novio.

En ese ínterin, dos hombres a bordo de una motocicleta se acercan a la joven con intención de robarle su cartera. La misma se resistió y uno de los malvivientes le disparó en la cabeza. Todo el hecho quedó grabado en las cámaras de un circuito cerrado.

En el 2016, Julio César Aponte, el hombre que disparó a la joven, recibió la pena máxima de 20 años de cárcel. En tanto, el conductor de la motocicleta, Enrique Javier Marecos, recibió 10 años de cárcel. Ambos acusados pidieron disculpas públicamente a las víctimas alegando que eran adictos a las drogas.

2 años

Camila tuvo un largo proceso de recuperación, que incluyó psicoterapia y fisioterapia.

Bala

La bala quedó en la cabeza de la joven. Comentó que no le causa molestias.