“¡Levántate Lázaro y anda!”, le dijeron a “Baila conmigo” este año. Luego de que haya “descansado” (¿el formato o los televidentes?) por un año, volvió el ciclo de baile, peleas, exhibiciones de cuerpos y extensiones a bulto. El programa zombie. Muerto que sigue caminando.

Si hay algo que se debe valorar es la variedad de personajes que entraron a competir este año. Al menos no eran los mismos rostros de siempre, salvo por los bailarines. 

Modelos, para pelar cuero. Cumbieras para juntar votos. Y uno que otro periodista con aires de grandeza y sed de cámaras estaban en el menú.

Mención especial a los residuos que dejó la ola de la tevé argentina. Hablamos de Hernán Caire y Silvia Süller que llenaron sus bolsillos por dos meses y se fueron. No importa cuando leas esto: Paraguay, país generoso. 

Además de Mario Grana, no hubo una gran figura que invite a esperar verlo bailar. Con el transcurrir de los meses, soltaba la frase: “¿Este sigue estando en el ‘Baila’”? Es que fuera del ciclo pasan desapercibidos. No generaban comentarios ni noticias. Sí, ya sé. Estaban en el programa para bailar y no contar lo que hacían. Pero si tampoco hacían nada fuera de la pista, pasaban de largo.

El jurado de la incoherencia fue este año. Ojalá vuelva un programa como “Televisión, un mundo generoso” donde se comparaban los dichos de ciertas figuras en televisión. Día a día, los jurados iban cambiando de parecer según el pie con el que se levantaban.

Quizá la gran decepción fue Bruno Masi. Su salida del programa fue demasiado infantil. No querer estar sentado en una misma mesa con Norita Rodríguez lo tomó como el nenito pelota jára pichado con un vecinito.

¿Votos políticos en la final? Quién sabe. Ganó Marly. Bien por ella. Llevaba años batallando por un lugar en el certamen. ¿Merecía? Quizá no. Lo importante es que demostró que realmente tiene apoyo de su pareja. Como ella misma lo dijo. “Si tu pareja o tu espónsor no te ayudan en los votos, es problema de ellos”. 

¿Debería volver “Baila”? Sí, al fin y al cabo da laburo a mucha gente, pero buscándole el lado a las figuras que no aportan nada. Ni baile ni entretenimiento.