PILAR. Tuvo más de dos décadas de estudio y además dedicó la vida a Kirito. Recorrió varios países, habla cinco idiomas, posee una riqueza cultural sin precedentes por su preparación de años. Este es don Máximo Rojas, un exsacerdote que lo perdió todo y hoy vive en la calle. Bajó del cielo al infierno por culpa de la caña y ayer quedó detenido en la comisaría local luego de haber sido denunciado por un supuesto caso de hurto de una motocicleta.
Fue sacerdote en la iglesia de Itatí y de Mayor Martínez. También estuvo en Córdoba, Mendoza y Buenos Aires, ashá en la Argentina. De ahí fue enviado a Francia, Suiza, Italia, Alemania y Rumania.
Pertenecía a la congregación de Don Orione. Es de la promoción del pa’i Pablino Cáceres y el último lugar en donde estuvo como sacerdote fue en la cuidad de Mariano R. Alonso en el Pequeño Cotolengo.
Pero todo esto cambió hace unos cuantos años atrás, cuando empezó a caer en el vicio de la bebida, del cual nunca pudo separarse y lo terminó perdiendo todo.
Don Máximo sabe el infierno que vive y por eso pide a la gente, “¡quiero que me ayuden para salir de esta vida. Quiero ayudar a cientos de adultos mayores que están atravesando por mi misma situación, presos de la indigencia, el alcoholismo y por sobre todo la soledad”. Él fue a vivir a Pilar y ya lleva recorriendo las calles hace cuestión de dos años.
VAGANDO
Desde que cayó en la bebida empezó un largo recorrido en que solo tenía a la petaca como única acompañante.
AYUDA
Don Máximo está de acuerdo en dejar que la gente lo ayude a salir de la bebida y así ayudar a otros, como antes hacía.
Está preso por un caso de robo
El exsacerdote menciona que fue detenido injustamente por la Policía por el supuesto caso de hurto de una motocicleta. En su defensa, él mencionó que ya había devuelto el biciclo. “La moto que yo tenía me prestó el dueño para que yo lleve. Me dio con la llave y me fui a mi casa. Como este señor tiene problemas con su esposa, fue ella quien hizo la denuncia y por eso quedé detenido”, menciona Rojas desde el interior del calabozo en donde aguarda ser liberado.
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