LIMPIO. Bastó tan solo una lluvia torrencial de 15 minutos para que dos barrios quedaran aislados como consecuencia de un raudal que se llevó todo a su paso. Era impresionante la fuerza con la que corría el agua “tragándose” lo que se ponía en su camino.
Uno de los lugares que más sufrió fue el barrio El Portal. Las calles Ángel José y Fernando de la Mora directamente se transformaron en el cauce de un río enfurecido. La situación fue muy preocupante en algunos momentos, ya que fue subiendo el nivel de la correntada ingresando en el interior de varias viviendas.
La señora Cristina González vive hace 18 años ahí y contó que “con cada lluvia se torna cada vez más peligrosa nuestra situación. En esta oportunidad mis animales fueron las víctimas, ya que más de 20 gallinas me llevó el agua”.
Don Héctor Bazán dijo que ya llevan años recurriendo al municipio local “para que vean una solución ante este problema. Las cosas empeoraron desde que calles más arriba hicieron una especie de canal. Lo único que hizo fue enviar toda el agua hasta este sitio”.
La señora Marlice Espínola desde hace unos 2 años habita el barrio 22 de Agosto “y con cada lluvia debo subir mis cosas en sitios altos para que el agua no las destruya. Mi patio queda inundado por casi cinco días como mínimo y el barro y la humedad duran semanas. Ni hablemos de las basuras, mosquitos y toda clase de alimañas que amanecen en su patio”.
Ruta pyahu cubierta de agua ocasionó caos vehicular
La situación que se vivió sobre la ruta 3 “General Aquino” también fue muy peligrosa, ya que en cuestión de minutos toda la zona del centro de la ciudad parecía formar parte de una postal de Venecia. Las cuadras quedaron sumergidas. Inclusive en varios locales comerciales tuvieron que disponer de sus personales con repasadores para sacar toda el agua que ingresaba en su interior.
El tránsito se volvió lento y eso puso mucho más en riesgo a los conductores y a sus vehículos, pues la fuerza con la que el agua recorría por las calles casi se llevó a los mismos hasta la desembocadura del arroyo Damián y, aunque en esa zona se realizaron las mejoras de la ruta, no pudieron evitar que todo quede bajo agua.
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