FOTO: SUSTO. El mitã’i se quedó dormido en el bus y la abuela se olvidó de él. Pidió ayuda a los de la PMT.

MUCHA SUERTE. La mujer pidió ayuda a los agentes de la PMT quienes la auxiliaron y a bordo de una patrullera fueron en busca del bus al que por suerte alcanzaron a tiempo

Un momento bastante peculiar les tocó vivir a una abuela y a su nieto luego de un viaje en una unidad de transporte público de la línea 18-2. Ambos salieron del barrio La Lomita de Ñemby, rumbo a la zona de Emergencias Médicas, en donde la señora trabaja como cocinera en una pollería.

Todo marchaba como de costumbre para María Georgina Meaurio (57). Como todos los días, la mujer se preparó y bajó en la avenida Eusebio Ayala y General Santos para seguir unas cuadras caminando a su lugar de trabajo.

El reloj marcaba las 06:30 horas cuando el inspector ayudante Milciades Solís escucha que una mujer se acerca hasta la base de la PMT que se encuentra bajo el viaducto. Con tono de desesperación le solicita ayuda, pues la misma pilló que se bajo del bus y ¡se olvidó de su nieto adentro!

En ese momento, el agente le pide a la doña que le acompañe en la patrullera y salieron a buscar al mitã’i. Ya llegando en pleno centro de Asunción logran visualizar el ómnibus y le dieron alcance en la calle General Díaz, en donde lograron detener a dicha unidad. Por suerte, el mitã’i estaba adentro y ni se enteró de lo que pasó.

PRIMERA VEZ

El agente lleva dos años desempeñándose en esta función y comentó que esta es la primera vez que le sucede algo como esto.

El mitã’i se quedó dormido y no pilló lo que estaba pasando

El agente de tránsito mencionó que durante todo el recorrido la mujer le manifestó que por un error olvidó a su nieto, quien se encontraba en otro asiento durmiendo.

“Subí al bus y le pregunté al chofer si vio una criatura que fue olvidada en el interior. Con todo el ruido que había, por el tránsito y los pasajeros que suben o bajan más los buses que bocinan, llamó la atención que de haya dormido el pequeño de 11 años. Pero por suerte todo terminó bien” he’i. 

Al ver mucha gente sobre él, se dio cuenta que fue olvidado por su abuela. Al bajar del micro, el mitã’i le dio un abrazo con todo a la abuela, quien a su vez lo llenó de besos y le pidió disculpas por haberlo dejado en el bus.