• EMOCIÓN. “Todavía no lo puedo creer. Dios me devolvió a mi niña. Estoy muy feliz”, dijo la abuelita, luego de “fusionarse” en un larguísimo abrazo con su hija

El momento fue muy fuerte. Al verla fue como si estuviese retrocediendo en el tiempo. De un sueño y de una búsqueda de casi cuatro décadas que terminó con ese abrazo esperado por ella. Se reencontró con su hija luego de ¡37 años!

Cuando tenía 45 años, ña Aurora Villalba tomó una decisión difícil. Con todo el dolor del mundo, tuvo que entregar a su pequeña hija de 6 años a una familia debido a la extrema pobreza en la que vivía. Desde aquella vez, ña Aurora ya no vio a su “preciosa”, como la llamaba.

En su interior sentía que ella estaba bien. Pero la añoranza la carcomía por dentro. El tiempo pasó y la kuñakarai fue a vivir a la zona de Bahía Negra, Alto Paraguay. Ahí hizo su vida, sola, sin ningún familiar cerca, pero siempre con el recuerdo de que algún día volvería a ver a su hija y darle un abrazo de madre y pedirle perdón.

Pasaron 37 años y ña Aurora –a sus 82 años– se reencontró con su hija luego de una búsqueda por parte de un grupo de personas, que lograron dar con Inocencia. La emoción hizo que la abuelita olvidara todas las tristezas y la empujó a “fusionarse” en un abrazo larguísimo con su hija. Tan largo como una vida de lucha.

“Todavía no lo puedo creer. Dios me devolvió a mi niña. Estoy muy feliz”, dijo la abuelita. “Nunca perdí las esperanzas y ahora estoy abrazando de vuelta a mi hija”, agregó.

“Al verla supe que era mi ma”

Inocencia tenía 6 años cuando su madre la dejó con otra familia. “Al verla me acordé de su rostro de su juventud. Pese a los años, supe que ella era mi madre”, dijo. “Recuerdo vagamente algunos momentos de mi niñez a su lado. Ahora voy a preguntarle todo. Qué pasó, si tengo o tuve hermanos, quiero saber todo de ella”, agregó. “Ya le traje a vivir conmigo acá en Limpio. Mis hijos ya conocen a su abuela y quiero que disfruten de ella”, agregó.

Viajó en un avión para el reencuentro

Ese recuerdo doloroso de no saber nada de su hija se convirtió en una hermosa realidad para ña Aurora gracias a la acción de un grupo de mujeres de la Asociación de Emprendedoras de Bahía Negra, que movió cielo y tierra para encontrar a Inocencia con los datos que la abuelita les brindaba. El reencuentro se dio en la base de la Fuerza Aérea en Luque, luego que un avión al servicio de la Fuerza Aérea Militar trasladó a Aurora. Todo fue gestionado por el citado grupo. “Estamos felices por colaborar en esta unión familiar”, dijo Ester Acuña, presidenta de la asociación.