Y así, un día Raúl Fernandez Lippmann dejo la cárcel de Tacumbú y fue llevado a su casa en donde cumplirá con su prisión domiciliaria.

Fernández Lippmann, quien gana más de 26 millones de acuerdo a los números que reveló su abogado, está siendo procesado por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Queda aún pendiente el tráfico de influencia, asociación criminal y cohecho pasivo.

En la mañana de ayer se presentó a declarar ante la fiscal Victoria Acuña, y posteriormente fue hasta la sede del Palacio de Justicia en donde se presentó ante el juez Julián López, quien firmó la “domiciliaria” con la venia de la fiscala Acuña.

La misma mencionó de que no existen elementos para sostener de que el investigado no quiera someterse a la Justicia.

Por todo lo expresado por la fiscal no le quedo de otra al karai juez que otorgarle dicha medida.

En el pedido solicitado por la defensa también solicitaron al juez que cambien la carátula de la imputación.

Como “justificación” del platal, el Dr. Álvaro Arias dijo que, a más del tremendo sueldazo que cobra, también tuvo una caudal de plata importante gracias a un libro que se encargó de vender (algo así como 10 mil unidades) en varias facultades y además una herencia “generosa” que recibió tras el fallecimiento de su papá.

UN MES

El tiempo en el que estuvo recluido dentro de la penitenciaria de Tacumbú su defensa ya logro conseguir que él vaya a su casa a guardar reclusión mientras dura el proceso.

COLABORARÁ

Lippmann hablo brevemente con la prensa a quien argumento que va a colaborar con la investigación y que llegado el momento él va a contar todo.