ENOJADOS. Los devotos ñembyenses se sienten atropellados en su religiosidad y tristes por lo sucedido. Acusan al pa’i de traidor

ÑEMBY. En medio de la silenciosa madrugada de ayer, un enorme tractor apareció repentinamente en el predio de la parroquia San Lorenzo de Ñemby. Extrañados, algunos vecinos se acercaron al lugar, pero ya era tarde: la máquina había derribado por completo la gruta de la Virgen de los Milagros de Caacupé que se encontraba dentro del terreno.

En la mañana de ayer, Crónica estuvo en el lugar para recoger los testimonios. El dolor en las personas se notaba a simple vista, mientras resguardaban la imagen desalojada de la Virgen de Caacupé que fue colorada en la vereda, frente mismo a la puerta de la casa parroquial.

“La cara de tristeza que tiene la Virgen es muy dolorosa, está triste ella por lo sucedido. Cuando me enteré no dudé y vine corriendo, no pude creer lo que hizo el padre Tadeo”, contó muy triste Daniela González, una vecina del lugar.

La doña lamentó la manera en que la Santa Patrona fue echada de la gruta y tuvo que ser rescatada por los propios feligreses, quienes día a día venían a su encuentro para poder rezarle o encomendarse a ella.

“El propio Papa le venera a nuestra santa y acá nuestro pa’i si que le hecha de su lugar, le saca. ¡Esto es una vergüenza!”, dijo doña Daniela, con la voz quebrada por lo sucedido.

Por su parte, Amada Guillén, pobladora antigua del lugar, contó que en varias oportunidades trataron de conversar con el párroco para que se suspenda el tema de querer sacarle de su lugar a la Virgen, pero siempre les cerró la puerta. “Es una vergüenza, qué clase de padre tenemos que viene a dejarle a la Virgen sin casa, qué clase de católico es”, expresó con voz de nerviosismo la doña.

¿La echaron para construir salones comerciales?

Según las denuncias de los vecinos, el propio padre Tadeo, cura párroco de la iglesia, con el consentimiento del obispo de la diócesis de San Lorenzo, Joaquín Robledo, encabezó la demolición. El proyecto es construir en el lugar una serie de locales comerciales, cuyo manejo no está muy claro.

Francisca Bogarín (90), conocida como ña Kika, fue quien donó la imagen de la Virgen de Caacupé, hace 45 años. El nicho también fue construido por el hijo de ña Kika, según lo comentado por doña Amada, vecina y devota.

MOVILIZACIONES

Los vecinos reunidos en el lugar donde estaba ubicada la gruta anunciaron una serie de movilizaciones de protesta e incluso pidieron intervención de la Fiscalía.