• MISTERIO NUNCA RESUELTO. Una familia argentina raptó una menor en 1965 y nunca más se supo de ella. Ahora una sobrina tomó cartas en el asunto y desde Buenos Aires reabre la búsqueda de su tía

¿Estará en Argentina? ¿Vivirá en Paraguay? Saber qué pasó de la tía Dolores es una intriga angustiante que la mayoría de las veces paraliza la mente de doña Jorgelina Carrera Martínez.

Los recuerdos familiares confundidos por escenas nacidas del deseo de un abrazo casi siempre llevan a preguntas sin respuestas. Enfundando misterios y martillando ansiedades que exceden al tiempo.

Desde Buenos Aires, Jorgelina disfruta del tereré y pone énfasis en el inmenso deseo de cerrar ese círculo que lastima su memoria y la de los suyos. Pero siempre con la esperanza a salvo.

“Ella se llama Dolores Martínez y nació el 12 de mayo de 1959. O sea que tendría 59 años casi”, comenzó contando a Crónica, deseando que este sea el canal mediante el cual algún día ese contacto preso en el anhelo se materialice.

El punto de la línea de tiempo donde se pierde el contacto nos sitúa a mediados de la década de los 60. Geográficamente, nos ubica en San Juan Nepomuceno (Caazapá) y Mayor Otaño (Itapúa).

Hay una historia de dramatismo detrás de todo, una trampa del destino que separó contra su voluntad a la querida tía de la familia Martínez. Una pesada cruz que empezó con una mentira y terminó con un secuestro.

“Ella fue robada cuando apenas tenía seis o siete añitos. Una familia argentina se apropió de ella bajo engaños y la llevó desde su país Paraguay hacia la Argentina. Supuestamente volvió por Paraguay y le inscribieron en el año 1971 (Tomo 1, Oficina 10ª, Acta 25, Sección Folio 25), precisó, arrojando.

“Ella fue reconocida en San Juan Nepomuceno, mi abuela vivía en San Juan Nepomuceno”, remarcó Jorgelina.

“Una noche se fueron con la niña”

Había una relación tipo de confianza instalada entre la abuela de Dolores y su patrona de nacionalidad argentina. Así se daban situaciones cotidianas o recurrentes, donde algunas veces llevaba a su nieta con ella al trabajo y luego a su casa, trayéndola de nuevo al día siguiente.

Era una costumbre que llevaba meses y nunca pasó nada ni hubo algo que amerite un estado de alerta. Primaba mucha familiaridad, típico de una relación de confianza.

Pero un día la patrona trabajó hasta tarde en sus quehaceres y, como solía hacer, le dijo a la abuela que le deje nomás por favor a su nieta porque ya se durmió. Pidiéndole que venga nomás al día siguiente temprano al trabajo.

La sorpresa fue que esa noche ella y su pareja desaparecieron sin dejar rastros. Se había llevado a la nena y desde esa vez se borraron del mapa. “Lamentablemente no tenemos datos sobre los nombres de esas personas ni el lugar donde fueron”, dijo Jorgelina.

CONTACTO

Si alguien conoce a Dolores Martínez, sabe dónde vive actualmente o simplemente maneja datos que contribuyan en esta búsqueda debe llamar al número telefónico +54 9 11 5348-6489.