• ¿SERÁ PIKO? Los lugareños hablan del Pombéro, almas en pena, espíritus que causan temor y miedo en la zona de Santa Librada

“¿Vienen por lo que está pasando en el barrio?”, fue lo primero que nos preguntó una lugareña al ver el móvil de nuestro diario recorrer por la zona. Es tema de conversación ineludible entre los pobladores del distrito Santa Librada, de Caapucú, departamento de Paraguarí.

Con voces que reflejan temor, aseguran que todos los días ocurren hechos que no tendrían una explicación razonable. Gritos extraños, retumbantes e intermitentes que se propagan a través de la noche, a modo de un eco prolongado, pasos que se escuchan en los corredores, rasguños en las maderas de las puertas y ventanas, risas y sonidos burlones que hielan la sangre, son solo algunos de los sucesos con que supuestamente conviven en el lugar.

¿Será? Los que creen en la actividad paranormal dirían que sí y apoyarían los dichos de los pobladores. “Anoche estábamos descansando y de pronto escuchamos los golpes en las ventanas, como que quería entrar. Nos asustamos muchísimo con mis nietos. Cuando pasó el ruido, salimos a mirar, pero no había nadie. Al entrar de vuelta a la habitación encontramos la cama toda mojada, realmente estamos muy asustados”, comentó ña Petrona Vera (73), quien dijo que ya no encuentra explicación a lo que sucede en el barrio.

Al igual que la abuela, son cientos los testimonios similares en el barrio. “Yo vi algo en la punta de un árbol, pero desapareció rápidamente. Muchos dicen que es el Pombéro, otros he’i que son almas en pena o espíritus de personas que murieron en un accidente hace mucho tiempo, pero que siguen rondando por acá”, dijo Johana Ugarte, pobladora de la zona. “Tiran piedras por las casas, golpean las ventanas, de todo hacen. El barrio está embrujado parece”, agregó.

“Lo único que nos queda es rezar y bendecir el lugar”

“A mí me persiguió cuando estaba regresando a mi casa. Vi una sombra y ahí nomás pedí socorro a mi vecino y entré a su casa”, dijo ña Petrona. “Yo creo que es el Karai Pyhare. Pero oje’e avei (se habla también) que sería almas en pena, espíritus que no descansan en paz. Lo cierto es que está entre nosotros. Lo único que nos queda es rezar y bendecir el lugar en donde estos seres aparecieron”, comentó.