Caer en el mundo de las drogas te cambia la vida y la de los que te rodean, pero ¿qué sucede cuando aquel enfermo desea recuperar su vida y alejarse del vicio? Es toda una odisea encontrar un lugar para las personas sin recursos, según los entrevistados.

Para una familia promedio es imposible costear una internación en un centro privado cuyo precio ronda hasta ocho millones mensuales, cifra que puede aumentar dependiendo del caso.

De acuerdo a M. L. (30), adicto al crack, vivió varios meses en la calle, hasta que un día tocó fondo y pidió socorro a su familia y amigos para dejar la droga.

Tras algunas consultas en el Centro de Adicciones, único lugar de rehabilitación del Ministerio de Salud Pública, se encuentra repleto para poder albergar un solo paciente más.

Para seguir un tratamiento de desintoxicación, la consulta ambulatoria no tendrá mucho efecto, teniendo en cuenta que las personas sometidas por el consumo de sustancias puede recaer en cualquier momento ante la ansiedad que genera dejarlas.

Si bien existen campañas de prevención antidrogas, ¿qué pasa con las personas que como M. L. quieren salir y no encuentran un lugar de internación en un centro público?, debería existir un plan para salir de las drogas, no sea una odisea.

30 PACIENTES

En el Centro de Adicciones, unos 30 pacientes pueden ser internados, pero la larga lista de espera hace difícil poder ingresar a más. Las consultas con los profesionales se hacen sin problemas, lo difícil es conseguir un sitio de internación.