• MULTIFACÉTICA. Eliza Riquelme trabajaba construyendo edificios hasta hace poquito, pero la obra paró y ahora labura en un hotel

Muchos recordarán a Eliza Riquelme (29), quien vino de curepilandia hace poco tiempo y empezó a trabajar acá como albañil. En setiembre pasado se ganó el aplauso de muchos internautas cuando su foto empezó a recorrer las redes sociales, además de los piropos que le llovían. Crónica le había hecho una nota al respecto en ese tiempo.

Ahora, la cuerona dejó los ladrillos y la cal para dedicarse a otra cosa y es nada más y nada menos que promotora de un conocido hotel del microcentro de Asunción, donde con una impecable presencia y amabilidad simpatiza a muchos clientes.

“El trabajo de albañil dejé porque mi patrón tuvo que parar la obra por una cuestión personal y recién se reanuda en setiembre, y buscando encontré este trabajo a través de una agencia, pero se trata de un trabajo momentáneo… Yo les recibo a los clientes en la parte del casino y les dirijo al lugar donde ellos desean ir”, dijo a nuestro medio la mujeraza.

Eliza no pudo negar que los halagos no faltan, siempre de manera cordial y respetuosa. “Yo soy muy profesional, trato de hacer todo lo mejor posible, porque gracias a este trabajo yo le mantengo a mis tres hijos menores”, siguió.

Explicó que estuvo un mes trabajando en una empresa como operadora, pero lastimosamente le jodieron y no le pagaron nada. “Perdí mi tiempo y gasté dinero, pero todo se lo entrego a Dios, yo sé que Él siempre me va a ayudar”, he’i.

Como el trabajo es temporal, Eliza piensa retomar las obras en setiembre como le prometió su antiguo jefe. Agregó que ninguna oferta laboral está demás ahora, ya que necesita algo seguro.

A los 13 años su papá le enseñó todo sobre la albañilería, he’i

A los 13 años, Eliza aprendió sobre albañilería con el mejor profesor que pudiera tener: su padre, quien era constructor. Ella estuvo trabajando en Argentina en distintos oficios por varios años.

Allí vivía en pareja con quien tuvo sus tres hijos, pero la vida le jugó una mala pasada. Ella se sumaría a la estadística de mujeres violentadas por sus maridos. Esta situación hizo que decidiera volver al país con sus pequeños y luchar por ellos.

La albañilería la lleva en la sangre y no la quiere dejar

El amor que le tiene a la albañilería es innato en ella, pues lo lleva en la sangre. “Yo creo que me apasiona mucho porque eso fue lo que yo aprendí de mi papá y estoy ansiosa por empezar de vuelta en el rubro. Yo creo que es muy difícil que me despegue del todo de la profesión porque me gusta muchísimo”, dijo. Sus pequeños están muy felices y siempre le dicen que la admiran bastante porque la ven cómo lucha a diario.

LIBRE

En sus tiempos libres, Eliza se dedica netamente a sus hijos y a los quehaceres de la casa.