• VISITA. La casa en Villeta es visitada por muchos vecinos y personas del interior, hasta excursionistas llegan en busca de una ayuda de la mamá del Kirito.

VILLETA. Los ojos de don Eustaquio (68) demuestran cansancio. El viejo pescador trabajó todo el día a orillas del río Paraguay. Pese a su fatiga, el karai -tras culminar su labor- saca fuerzas y camina unos 400 metros rumbo a un sitio que él considera especial, místico y por sobre todo, milagroso.

Se detiene frente a un oratorio ubicado frente a una vivienda en el barrio San Isidro, de Villeta, departamento Central. “Aquí vengo antes de ir a trabajar y después de terminar mi trabajo para agradecer por los favores recibidos que la Rosa Mística hizo en mi y en mi familia”, explica.

Como el don, son cientos de personas que acuden al lugar en busca de algún milagro, según nos explicó la dueña de la casa, María Magdalena Arrúa de Rodas, quien dijo que ella también recibió el milagro de la Rosa Mística.

“La Virgen me curó del cáncer que me diagnosticaron hace unos años”, dijo muy emocionada. “En esa época la imagen más chica que está aquí vino a visitarme, y se manifestó derramando agua y aceite. Ante esta situación la dueña de la imagen me dijo que la Rosa Mística se tenía que quedar aquí en mi casa. Luego, otra señora que tiene el don de discernimiento me dijo que la Virgen iba a hacer grandes milagros acá y así sucedió y sigue sucediendo”, comentó.

“Vienen mis vecinos, gente de todas partes del país, hasta del exterior vienen a buscar el aceite de la Virgen que es muy milagrosa. Los que recibieron su milagro ayudaron a que este oratorio crezca cada vez más”, agregó.

Mucha gente llegó en muletas

Los dueños de la casa, los vecinos, gente del interior y hasta del exterior consideran una bendición el santuario. “Vi mucha gente llegar en muletas y salir caminando sin dolor. Vi a centenares de personas con enfermedades tremendas y que sanaron. Vi a personas liberarse de los demonios, los testimonios sobran. Aquí vienen sacerdotes a hacer liberación”, contó doña María.

Un devoto le construyó una cascada de piedra a la Virgen

El oratorio cuenta con una cascada de piedra que deja caer agua. Doña María cuenta que fue un devoto que como agradecimiento construyó esa obra. “Un testimonio de los varios que sucedieron aquí, fue la de un paraguayo que vive en la Argentina. El hombre comentó que tenía un quiste en el pecho y que tenía que operarse. Llegó y pidió el agua de la Virgen y se lo llevó en un frasco. Cuando fue a su consulta los doctores le dijeron que el mal que padecía desapareció”, dijo segura y con lágrimas en los ojos al recordar el hecho. “Un tiempo después de ese hecho le construyó una cascada a la Virgen para agradecerle por haberle sanado”, dijo.

13 DE CADA MES

El 13 de cada mes realizan misa de sanación en el sitio. Seguido de un karu guasu para los presentes.