- NDE BÁRBARO. Toda la comunidad lo estaba despidiendo, pero el joven llegó caminando hasta su casa y otopá feroz velorio
PJC. Tal como reza la canción de Abel Antonio, a quien sus amigos velaron cuatro noches pero fue apareciendo en el quinto día. Así mismo le ocurrió a Juan Ramón Alfonzo, quien apareció en su casa y se asustó porque pensó que un familiar murió. Pero en realidad, el muerto a quien velaban era él.
Esto ocurrió en la “Terraza del país”, en la colonia Santa Clara, momentos de angustia sufrida por una madre y de toda una familia que de seguro pasó una de las peores experiencias. Es que el viernes pasado se encontró al costado de un camino un cuerpo calcinado, quien tenía las mismas características de un péndex que había desaparecido hacía días.
Un anillo similar, inclusive la clase de ropa que el joven solía utilizar llevaba puesto el cuerpo hallado, por ese motivo las hermanas creyeron reconocer el cuerpo de Juan Ramón Alfonzo Penayo (20) en la morgue.
Tras los trámites de rigor se entregó el cuerpo a los familiares, quienes lo llevan a velar en la humilde vivienda, sin pensar lo que horas después iba a ocurrir.
Ayer, cuando aún seguían llorando la muerte de ese prójimo, el joven llega caminando a su propio funeral. “Me asusté bastante al ver el cajón y a mi gente llorando, creí que algún familiar había fallecido, no pensé que estaría llegando a mi propio funeral”, he’i Juan Ramón, quien al principio no entendía qué lo que estaba ocurriendo.
“Yo me fui a trabajar a un frigorífico del lado brasileño, mi celular no tenía señal y por eso no me pude comunicar a tiempo con mi familia”, fue lo que el péndex dijo, quien llegó a su casa para festejar el Día del Padre. “Llegué y me encontré con un feroz velorio”, he’i la tipo. En horas de la mañana la Fiscalía fue nuevamente hasta la casa a retirar el cuerpo de quién sabe quién.
Fue al Brasil
El joven manifestó que le ofrecieron un trabajo en el frigorífico JBasto Ponta Porá, y la cobertura de celular se dificulta en la zona.
Estoy feliz de que mi hijo esté vivo
Vicenta Penayo de Alfonzo estaba llorando a su hijo muerto, y no pudo creer cuando de repente lo vio parado a su lado. “Mi corazón estaba destrozado. Pensé que era mi hijo a quien estábamos velando, lloré de tristeza, pero lloré mucho más de la emoción al verlo llegar sano y salvo. Una madre nunca está preparada para enterrar a sus hijos”, comentó la doña quien apenas vio que su retoño estaba vivo, le abrazó con todo y le llenó de besos. “Le dije cuánto le quiero”, dijo la madre quien no salía del asombro de lo que estaban pasando en ese momento.
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