• PARA FESTEJAR. En el cumple de la futura beata paraguaya el doctor le dio la noticia que su beba venía bien
• TESTIMONIO. María Liz Rojas contó que cuando estaba embarazada le daban poca probabilidad de vida a su bebé, o que de última, nacería con un síndrome

Ser madre es uno de los deseos y triunfos más grandes de toda mujer y María Liz Rojas estaba en la etapa de cumplir ese sueño, pues ella y su marido esperaban su primer bebé sin saber que les daría la prueba de fe más grande de su vida.

En el 2015, a su retoñita en camino le habían detectado un extraño síndrome en la ecografía. María Liz pasó por varios especialistas y todos le decían que probablemente su bebé no llegaría vivo (aún no se sabía el sexo) o si vivía, era muy probable que llegaría con algún tipo de malformación.

“Los doctores me decían que mi caso era uno de 1.000, era muy raro cómo se presentaba en la ecografía mi bebé. Lo que sí es que los doctores no me daban esperanzas. Aproximadamente cinco médicos no quisieron agarrar mi caso”, contó Maria Liz.

“Yo me hice varias ecografías y una era peor que la otra. No había caso. La segunda vez fui a hacerme el estudio en un privado. Allí le encontré a una monja que era de las Carmelitas Descalzas de Benjamín Aceval. Le conté mi caso y le pedí que ore por mí”, siguió.

María Liz recuerda que todos los días se arrodillaba y rezaba el rosario. También le pedía a Chiquitunga que interceda ante Dios para que su hija nazca sana y salva. Poco tiempo después, debía practicarse una amniocentesis para saber qué síndrome tenía su bebé. La muestra se envió a Brasil para revelar en el estudio.

“Recuerdo muy bien que el 12 de enero, en el cumpleaños de Chiquitunga, me llamó mi doctor y me dijo ‘tu bebé está cromosomáticamente bien y es una nena’. Yo creo que esa fue la señal de que ella me escuchó. Mi bebé nació sana gracias a Chiquitunga”, recordó.

Hoy su pequeña Maiara Milagros tiene dos años y lleva una vida completamente normal.

“Muchos me dijeron que aborte y yo no hice caso, decidí seguir”

La situación era muy dura para María Liz, ya que ella ya sentía mucho amor por su bebita y a esto se le sumaba el mal rato que le hicieron pasar cuando personas cercanas a ella le pedían que aborte.

“Muchos me dijeron que aborte y yo no hice caso, decidí seguir, dije ‘que venga como sea igual le voy a querer’”, recordó.

Además ella visitó en una ocasión a la Virgen de Caacupé a quien también oró por la vida de su hija. “Recuerdo que justamente cuando le estaba pidiendo por ella, Maiara me pateó fuerte, como diciéndome ‘mamá yo estoy bien’. Fue la primera vez que le sentí”, finalizó.

Artesano talló imagen de Chiquitunga en madera

Elías Wladimir Orrego Báez es un artesano de la ciudad de Tobatí, que viendo el entusiasmo que hay por Chiquitunga, talló su imagen en madera. La obra fue un regalo para la congregación Carmelitas Descalzas. En comunicación con Crónica, el artista comentó que le tomó diez días realizar el trabajo.

“Con la efervescencia del momento recordé que mi mamá me regaló en el 2012 un libro de Chiquitunga donde había leído sobre su vida. Ahora mi señora y yo queremos saber más de ella y la seguimos”, relató don Orrego.

Dijo además que están queriendo ir el sábado a la gran concentración que va haber en “La Nueva Olla” por su beatificación, pero que eso está en “veremos” ya que su lapa está de 9 meses a punto de dar a luz. “Vamos a ver si llegamos”, contó.

Elías y su esposa esperan a su sexto hijo y todos los días se encomiendan a Chiquitunga para que el pequeño llegue sano y que siempre le den salud a la familia.

Comentó que si hay quienes quieren la imagen lo pueden hacer también para vender. Cuesta alrededor de 2 millones de guaracas con pintura. “El que hice no está pintado, está encerado”, he’i.