• AGRADECIDA. “Gracias a tu trabajo pude estudiar y terminar de hacerlo. Te agradezco papá y te entrego este logro”, dijo la joven

Yudit Romero (32) estaba en el aula de la Facultad a punto de cumplir su sueño. Defendía su tesis para ser licenciada en Ciencias de la Educación. Dio ese último paso con convicción y con esmero y logró su meta. En ese mismo momento, su héroe, quien tanto luchó por ella, quien le brindó toda la ayuda que necesitaba y le enseñó los valores de la vida, se encontraba construyendo el techo de una casa, esforzándose –como toda su vida– por y para su familia, cumpliendo con su labor de albañil.

La joven no dudó y de la Facu se fue directo hasta la construcción donde su papá trabaja para darle las gracias. Al llegar, un brillo que no brilla en cualquier mirada sale como luz, como fuego de sus ojos al momento de ver a don Blas Romero (65), su padre –su héroe– haciendo lo que resume su vida: trabajar.

Le pidió que baje del andamio, se acercó a él y le dijo: “Ya soy toda una licenciada, padre. Te amo papá, gracias por todo”. La camisa vieja y empapada de sudor que don “Kamba’i”, como todos conocen al padre de Yudit, no fue impedimento para que ambos se arropen con un abrazo gigantesco y muy emotivo.

“Este esfuerzo, este logro, es de ustedes también, de la familia, de mamá, de vos porque gracias a tu trabajo pude estudiar y terminar de hacerlo. Te agradezco papá y te entrego este logro”, le dijo Yudit a su padre y que fue captado en un video.

“Esto es lo más emocionante. Siento que cumplí como papá, me pone feliz y orgulloso. Soy el papá más feliz del mundo”, dijo don “Kamba’i” en medio  de lágrimas de la emoción.

Yudit comentó a Crónica que su padre no pudo estar en su defensa de tesis porque tenía que cumplir con su trabajo en la construcción. “Lo primero que pensé al salir fue ir junto a él y agradecerle por haberme ayudado a llegar a mi meta. Se lo debo todo”, contó.

“Verle despertar y sacrificarse cada mañana me motivó a luchar”

“Somos cuatro hermanas, y tanto mi padre como mi madre Eva Gaona, que trabaja como costurera, siempre se sacrificaron por todas nosotras, y eso es algo que le vamos a estar agradecidos siempre. Verle a mi padre despertar y sacrificarse cada mañana saliendo a trabajar como constructor para ayudarnos en nuestros estudios y en las demás cosas, me motivó a luchar, a no decaer y lo logré”, dijo Yudit. “Mi papá siempre nos decía que nos quería ver siendo profesionales. Que él nunca iba a bajar los brazos para ayudarnos para que lleguemos a nuestra meta. Y hoy solo me queda decirle gracias”, contó a Crónica.

Yudit y toda su familia es oriunda de Mayor Martínez, departamento de Ñeembucú y jamás se rindieron ante dificultades y problemas que sufrieron en varias ocasiones.

Enseñó valores que quedaron

Desde su adolescencia que el mundo de don “Kamba’i” gira en torno a ladrillos, cal y mezclas en diferentes obras de construcción. Los tiempos fueron difíciles desde siempre. Y la receta para superarlos fue constantemente la misma: trabajo. Una situación de lucha y esmero diario para que a sus cuatro hijas no les falte el pan de cada día y puedan estudiar y prepararse como profesionales.

“Mi papá nos enseñó valores que quedan, nos enseñó el respeto al prójimo, la necesidad de esforzarnos para obtener lo que deseamos, pero sobre todo el amor a la familia y hacia los demás”, dijo Yudit.

“Es nuestro héroe, al igual que nuestra mamá es nuestra heroína. Somos una familia humilde que simplemente lucha para salir adelante”, agregó. “Todas (las hermanas) salimos también a trabajar para ayudar en la casa”, comentó.

VÍDEO

El momento emotivo entre Yudit y su padre fue captado en un video por la página “Ñeembucú Digital” y conmovió a todos en las redes sociales.

LABOR

Yudit enseña de forma particular en su casa y a veces reemplaza a profesores en una escuela. Espera encontrar mayores oportunidades en el ámbito laboral.