• TERCERA VEZ. El propietario del local asaltado contó que el año pasado ya le habían “visitado” dos veces voi

FERNANDO DE LA MORA. Una familia que tiene una farmacia en Fernando de la Mora ya se acostumbró a la desgracia de ser visitada por asaltantes. En lo que fue el tercer asalto desde el año pasado, un atraco que duró un minuto apenas, malandros entraron el jueves a punta de pistola al local y se llevaron cerca de 25 millones de guaraníes.

Eran las 19:00 horas cuando un ñato llegó preguntando si en el lugar se hacían fotocopias. Le dijeron que no, se retiró y diez segundos después llegaron cuatro hombres a cara cubierta en dos motocicletas.

Los acompañantes, con pasamontañas y guantes, bajaron e ingresaron de manera violenta saltando el mostrador. A punta de revólver calibre 38 exigieron a una mujer embarazada que les entregue todo el dinero, ahí cerca nomás estaba su marido, Gustavo Céspedes.

“En las cámaras de la zona se ve que detrás de la Senadis los conductores se ponen los cascos, bajean hasta dos cuadras antes de Mariscal López y le alzan a los que entraron. Ya no sabemos qué hacer, tenemos cámaras, el botón de pánico de la comisión vecinal y guardias de seguridad pero ya llegaron tarde. Es un negocio familiar y nos cuesta mucho mantenerlo”, dijo.

Los delincuentes que fueron “escoltados” por otras camionetas que estaban cerca. “A esa hora apenas empieza a oscurecer recién, había mucha gente. En noviembre y diciembre del año pasado ya nos robaron. Estos son de una gavilla grande que estudian todo antes”, se lamentó el hombre.

CIFRAS

25 millones. Ese fue el monto en guaraníes con el que se alzaron los visitantes del terror.

“Al bebé no le pasó nada por suerte” he’i

Al momento del robo avei estaba la madre de la dueña que con sus cuatro meses de embarazo vivió todo con terror a que le hicieran daño al bebé. “Cada vez que se asusta ahora le da un ataque de pánico”, contó el marido.

Gustavo omombe’u que su mujer se hizo los estudios médicos por su embarazo y menos mal el bebé está bien. “Al bebé no le pasó nada por suerte. Desde el 2015 que estamos acá. Estábamos con deudas y ahora mucho más. No podemos guardar a cada rato la plata porque tenemos servicios de cobranzas y la gente viene a pagar sus cuentas a cada rato”, agregó el comerciante.