- TODO ARDIÓ DE MADRUGADA. De la nada la casa se convirtió en una enorme bola de fuego
HERNANDARIAS. Comenzaba recién a correr los primeros minutos del sábado, cuando de la nada la noche se iluminó a lo lejos. Los resplandores de un voraz incendio rápidamente llamaron la atención de propios y extraños. Los curiosos que fueron a vichear mba’éichapa la oiko, jamás se imaginaron que un hombre de 33 años lograría salir ileso de este feroz infierno en el que se convirtió su casa en un abrir y cerrar de ojos.
Cerca de la 1:30, la modesta vivienda construida de material y techo de eternit presentó un chispazo. La gran cantidad de muebles que se encontraban adentro hizo que las llamas ganen terreno de una manera vertiginosa, copando rápidamente todo el interior y elevando la temperatura a tal punto que las paredes de ladrillo parecían derretirse como si fuera un chicle al sol.
Tan rápido se produjo todo que el dueño de casa, identificado como Orlando Osmar Romero Brizuela (33), según los datos brindados por la Policía, ni siquiera logró salvar un vehículo que se encontraba estacionado en el garaje de la casa.
Para cuando los bomberos llegaron al sitio, ya nada quedaba por hacer. Solo se procedió al control para evitar que el mal sea aun peor.
NADA DE NADA
Tanto los muebles que se encontraban dentro del hogar como así también el automóvil estacionado en el garaje quedaron reducidos en cuestión de minutos a cenizas.
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