• UNA CAPA. A pesar de los años no se quedó de brazos cruzados y logró alcanzar sus objetivos
• A LOS 48. En una edad en que mucha gente se va acomodando a lo que tiene, ella se decidió escuchar a su corazón

LUQUE. Soñar con ser bombera siempre fue el anhelo que tenía Selva Martínez (51) dentro de su corazón. Ese deseo nunca antes pudo ser posible ya que se convirtió en madre y sus hijos necesitaban tiempo y dedicación.

Sin quedarse de brazos cruzados, siguió soñando con poder vestir alguna vez el uniforme bomberil, mientras ella seguía cociendo vestidos y creando ropas únicas para sus clientas, como lo demanda su profesión de modista.

Con el paso del tiempo, sus hijos se convirtieron en adultos y en ese lapso aparece una persona que le cuenta que se va a ir a inscribir para ser bombera. Ella sin dudar le dice que le quiere acompañar. Se inscribe, hace el curso y tiempo después se convierte en una bombera voluntaria de reserva.

“Toda mi vida soñaba con ser bombera, siempre quise, desde que era una niña, pero como tuve mis hijos y tenía que cuidar de ellos dejé pasar”, dijo la bombera.

A pesar de haber jurado a los 48 años, su pasión de servicio siempre estuvo latente, hasta que dejando salir un suspiró recordó que cuando empezó sus días de guardia fueron a un accidente donde vio perder la vida de un joven. Eso le tocó el corazón ya que en ese momento se le presentaron sus hijos en la mente.

“Me tocó mucho porque era muy joven, cuando volvimos al cuartel nos preguntan que tal nos fue, todos decimos que sí, pero esa noche fui al baño y me puse a llorar porque vi a mis hijos en esa joven vida que se fue. Eso fue lo más fuerte que me tocó y que siempre recuerdo”, cuenta Selva, quien se siente orgullosa de sus logros y asegura que no hay barreras cuando uno desea llegar a un sueño.

Sus hijos son los que le dan apoyo para ser bombera

Selva, quien logró sus objetivos a pesar de que esperó varios años para conseguirlos, aseguró que cuando le contó a sus hijos sobre la idea de convertirse en mujer bombero, fue apoyada y aplaudida por los mismos ya que siempre están con ella y le dan su apoyo moral en todo.

“Contentos se pusieron, no me dijeron cosas negativas, más bien me apoyan siempre y mi hija a todo el mundo le dice que su mamá es bombera. Es un sentimiento único esto”, terminó diciendo la bombero.

VARIAS

Selva contó que en su compañía son varias las mujeres que rondan con la edad de ella y asegura que todo lo aprendido no fue fácil, pero con dedicación todo puede ser posible.